JAVIER FERNÁNDEZ-CABALLERO / FOTOGALERÍA:
ELENA DÍAZ
Leo Valadez ha vuelto a sonar y a erigirse
como uno de los grandes nombres del escalafón menor en la temporada. El pasado
domingo se alzó con el Zapato de Oro de Arnedo tras desorejar al novillo «Bastonito”,
de Baltasar Ibán, premiado con la vuelta al ruedo en el arrastre tras pedirse
incluso el indulto. El joven azteca habla tras el triunfo, sobre su temporada y
en cuanto al próximo compromiso en la Feria del Pilar de Zaragoza frente al
hierro de El Cahoso.
Leo, ¿cómo fue ese novillo de Ibán, cómo te
encontraste?
El
novillo fue un animal extraordinario, que no fue fácil, porque un novillo bravo
y encastado no es fácil, pero desde el paseíllo viví la tarde con mucha
intensidad. Viendo el vídeo, tendré mil defectos, pero me sentí bien. Ha sido
una de mis mejores faenas y gracias a Dios cayó en este certamen.
Venías de México de triunfar en invierno, te
plantaste en Olivenza y comenzaste a triunfar en la temporada… y finiquitarla
con el Zapato de Oro supongo que dará moral para afrontar la temporada azteca.
Empecé
mi temporada en Olivenza, fue una temporada con triunfos en Valencia, Istres o
Soria, pero me hacía falta un triunfo con esta rotundidad, y qué mejor que en
Arnedo para llevarme el Zapato de Oro. Qué mejor que Arnedo.
¿Cómo es la afición de Arnedo y cómo te trató
durante toda la tarde?
Creo
que como todas las profesiones, si ven un torero entregado se entregan ellos.
También le pude cortar una oreja al primer novillo, y me vio la disposición el
público con la que iba, centrándose en la primera faena. Pero la segunda faena
es de las cosas más bonitas que he vivido en una plaza. Se entregó plenamente
la afición. Tengo muchas ganas de volver allí.
Y aquel novillo Bastonito de Ibán nos recordó
a ese vídeo que, los que somos jóvenes, tenemos que ver para hacernos una idea
de cómo fue aquel toro con César Rincón en Madrid. No sé si has visto la faena
y la asemejas algo al novillo que tuviste delante.
La
verdad que aquel Bastonito fue muy exigente, pero el de ayer fue un novillo que
había que poderlo al inicio, y ya sometido, me abandoné y lo disfruté. Hubo
momentos incluso abandonado con un animal extraordinario. Muchos aficionados
comenzaron a pedir el indulto, creció la petición pero luego bajó y maté al
animal. No sabía muy bien qué hacer. Como vi que no crecía demasiado, decidí
matarlo y fue una gran estocada.
Ahora Zaragoza con la novillada de El Cahoso.
Con
gran moral voy. El año pasado no me encontré muy bien, pero ahora llego con
mucha moral. Cuando toreas tan seguido ves las cosas más fáciles y te
encuentras más a gusto en las plazas.
La alternativa, ¿se piensa o de momento
disfrutamos los triunfos?
La
verdad que aún no pienso en la alternativa ni me han comentado nada. Aunque es
mi segundo año como novillero, lo considero como el primero porque en mi primer
año solo toreé cuatro novilladas. Me queda Sevilla y Madrid para torear. Me
centro en la temporada siguiente y ya llegará.