La undécima de San Isidro, tarde de domingo, casi escondida entre carteles de relumbrón, resultó a la postre un festejo que mantuvo el interés de principio a fin, con unos toros de Fuente Ymbro de gran seriedad y distintos matices y una terna que se dejó todo en el empeño y en la que el mexicano Leo Valadez no solo cortó una oreja sino que mostró una nueva y grata dimensión en su tauromaquia.
Con él hablamos cuando aún no han transcurrido veinticuatro horas del triunfo.
¿Cuáles son tus sensaciones del día después?
Una gran satisfacción tanto en lo personal como por lo que significa para la fiesta en México en estos momentos tan complicados.
Cuando salió tu segundo toro y tras lo vivido en el turno anterior la posibilidad de la puerta grande estaba ahí.
Sí, yo mismo era consciente de ello y el ambiente en la plaza también llevaba a pensar en ello, y aunque luego no pudo redondearse, esa expectativa ya daba idea de la magnitud de sucedido y cómo el público de Madrid lo supo valorar.
El Leo Valadez que se vio en Las Ventas, tan asentado, rotundo, dominador, ya lo descubrieron en Istres la temporada pasada.
Cierto. Aquella tarde, con los toros de Victoriano del Río, más allá de las cuatro orejas y el rabo que corté, lo mejor fue que pude sacar mi concepto más profundo del toreo. Todos quienes estaban allí así lo valoraron y ahora , ayer en Madrid, sucedió algo parecido. Ese es mi camino. Creo que me he ganado el respeto de todos. Ahora toca seguir así.
Antes de Las Ventas, la temporada la iniciaste en Olivenza con triunfo pero también con una lesión en la mano que aún con el paso de los meses sigues arrastrando.
Sufrí una lesión de ligamentos y tendones en un dedo, de esas que hasta que no la padeces no piensas que pueda suponer tantas molestias y más siendo en la mano derecha, mi mano dominante, la de la espada. La recuperación está siendo muy lenta, de hecho a fecha de hoy que ya van más de dos meses de aquella tarde aún no está el dedo al cien por cien, pero con la ayuda de muchos profesionales médicos he podido llegar a mi objetivo que era estar en Madrid, también antes he toreado en mi tierra, en Aguascalientes, por la ilusión de estar en su feria, pero con muchas molestias. En Madrid ya lo hice sin ningún tipo de dolor.
El no coger ayer las banderillas ¿tiene que ver con esa lesión o más con esa nueva dimensión que llevabas dentro y que por unas cosas u otras aún no había podido salir con continuidad?.
Digamos que sí tiene que ver algo con el dedo pero siendo honesto te diré que a veces me daba coraje que solo se me reconociera por los quites y las banderillas. De hecho las banderillas nunca se me han dado del todo bien, lo hago porque me gusta pero no quiero que se me relacione con lo único que sé hacer. Ayer creo que lo conseguí.
¿Quieres decir que a partir de ahora las banderillas será algo ocasional?.
Pues sí. Cogeré los palos con los toros que sepa que puedo dar un buen espectáculo, que las banderillas sumen en mi tauromaquia como complemento y no como la base de ella.
Siempre se ha cantado en tu toreo la variedad de suertes con el capote, algo que va de la mano con las tauromaquias mexicanas, pero este domingo a esa variedad se unió un ajuste y un compromiso que iba más allá de lo vistoso y eso enseguida lo captó el público.
La gente, como dices, lo valoró no solo por la variedad sino por el riesgo que asumí. Hacer este tipo de quites es un arma de doble filo, porque si sale bien, como sucedió ayer, todos te lo van a cantar y agradecer, pero que, por ejemplo con las crinolinas que hice en mi primer toro, en cuanto no mandes sobre el capote todo se va a la basura. Creo que lo dije en una entrevista al final, el público está deseando ver cosas diferentes y el toreo tiene multitud de suertes al servicio de los toreros y hay que aprovecharlas.
Llamó especialmente la atención el toreo de mano baja y trazo largo, con mando y sometimiento.
Siempre me he sentido mejor torero con la mano izquierda, ayer se me vio mejor con la derecha por la condición de mi primer toro. Al público, y al de Madrid el que más, le gusta ese toreo de mano baja que además era el que exigía el toro de Fuente Ymbro, que era bravo y tenía que ir muy cosido a la muleta para no perder el celo.
El próximo domingo estás anunciado con la de Baltasar Ibán en Vic Fezensac. Después tienes Istres, donde triunfaste a lo grande el año pasado. ¿Pamplona, donde saliste a hombros el año pasado, te han hablado?.
Creo que después del triunfo en los Sanfermines del año pasado y el triunfo ahora en Madrid no debería quedarme fuera de Pamplona y ojalá que en los próximos días nos llaman y se cierre la contratación, me hace mucha ilusión volver. También estoy anunciado en Dax y ojalá que tanto en España como en Francia sigan saliendo más corridas y lo que se vio en Las Ventas se vea también en otras plazas. Mi temporada fue planteada para torear en México todo antes de Madrid y ya quedarme aquí hasta octubre para regresar de nuevo a México.
Decíamos que vuelves a Istres, ese punto de inflexión en tu carrera tras lo del año anterior, también en la de Victoriano del Río y con dos toreros, Castella y Luque, del grupo de las figuras. ¿Ha llegado el momento para que se te vea en ese tipo de carteles?
Uno siempre sueña con lo mejor, pero soy consciente que eso se gana poco a poco. En Istres tengo una gran oportunidad de dar otro golpe en la mesa y demostrar que con ese tipo de carteles no me achico.