FRANCISCO MARCH / FOTOGALERÍA; LUIS SÁNCHEZ-OLMEDO
Dar una
vuelta al ruedo en La Maestranza no es premio menor y eso fue lo que hizo el
novillero mexicano Leo Valadez por dos
veces el pasado domingo 14 de mayo después de torear y estoquear superiormente
sendos novillos de Guadaira. Un premio
que pudo y debió ser mayor si desde el Palco presidencial se hubiese atendido
la petición de oreja en ambos casos
, especialmente clamorosa en el segundo
del lote.
Pero en
el toreo el ayer no existe y el presente de Leo Valadez ya mira a Las Ventas,
donde hará el paseillo hoy con una novillada de Montealto: » Lo afronto
como una de las tardes más importantes de mi vida, de mi carrera como torero.
Con toda la ilusión y la máxima
responsabilidad pero muy consciente de que llego a ella muy preparado y
dispuesto a no dejar escapar la ocasión. Lo que acabo de vivir en Sevilla me
llena de moral para afrontar el compromiso de Madrid».
Sobre
el grado de dependencia que puede suponer para su temporada lo que ocurra en
Madrid, el joven hidrocálido responde: » Es evidente que de lo que pase
mañana dependen muchas cosas. Ahora mismo, hay muchos pueblos y algunas plazas importantes que están esperando a ver cómo va
Madrid para cerrar contrataciones».
Decíamos
de inicio que Valadez, con quien
conversamos en la pausa del mediodia en la intensa jornada de preparación, rozó el triunfo grande hace 15 días en La
Maestranza y el torero lo revive : » Me quedé muy cerca de cortar orejas y
creo que lo merecía. El presidente no lo vio así y hay que respetarlo pero
resultó evidente que los aficionados sí querían premiarme. La dos vueltas al
ruedo que di, sin ser lo que uno busca, sí supusieron una gran satisfacción por
ver la respuesta de la gente, tan entregada y en una plaza tan importante como
la de Sevilla».
En La
Maestranza, además, mató a la primera y muy bien a los dos novillos, algo que
no había sucedido en otras tardes de relevancia esta misma temporada y que le
había privado de triunfos más redondos: » He entrenado duro para ello y
llegado el momento en mi interior pedía que la espada funcionara. Así ocurrió,
al primero lo maté al encuentro y al otro con un volapié que en muchas crónicas
han dicho que por sí solo ya merecía la oreja y así lo pidió toda la plaza.
Lástima que, como decíamos, el presidente no sacó también su pañuelo , pero
espero que esta forma de matar me sirva para coger confianza en las tardes
venideras y que los triunfos no se me escapen por culpa de la espada».
De Leo
Valadez se viene destacando su tauromaquia variada, de amplio repertorio, tanto
en el toreo con el capote como con la muleta y un concepto muy puro que, sin
embargo, no le impide, si la ocasión así lo requiere, tirar de entrega y recursos. De todo ello
hubo cumplida muestra en Sevilla, donde al primer novillo lo toreo con largura
y ligazón por los dos pitones y en el segundo tiró de raza después de una
voltereta de la que la única consecuencia fue en su recrecido ánimo: »
Siempre me intento mostrar como soy y plantear las faenas tal como yo veo que
puedo sacar lo mejor del novillo. Torear bien y si, como fue el caso, llega la
voltereta, sobreponerme. Siendo fiel a uno mismo es como mejor te entienden y
valoran los demás».
Acabamos
la conversación y le pedimos a Leo Valadez que le diga a la afición de Madrid
con qué torero se va a encontrar mañana: «Muchos de ellos ya me vieron el
pasado 26 de marzo en una tarde que creo tuve una buena actuación y así me lo
reconocieron. Ahora, en la Feria de San
Isidro, se trata de revalidar y mejorarlo todo y , si la suerte acompaña,
redondear un triunfo. Por mí no va a quedar, eso pueden estar todos
seguros».