El torero madrileño Alberto López Simón decidió retirarse de los ruedos el pasado mes de febrero. No estar anunciado en la Feria de San Isidro de 2023 fue un golpe duro en su carrera, después de haber obtenido seis Puertas Grandes en su trayectoria, algo que le hizo tomar la determinación de retirarse de forma indefinida de la profesión.
Fue algo de lo que habló hace dos semanas en el programa El Toril, de Onda Madrid. En los micrófonos de Javier Fernández-Mardomingo, López Simón desgranó cuál es su presente después de haberse quitado el traje de luces en parte de una conversación que exponemos a continuación.
López Simón: «En esta profesión he conseguido muchísimo más de lo que jamás hubiese imaginado»
¿Por qué te quitaste?
Hay veces que uno tiene que escuchar al cuerpo, y cuando lo analizas me pedía parar y apartarme de lo que ha sido mi vida, que es el toro. Hay momentos en los que uno tiene que saber decir que hasta aquí y que no todo sirve y que de cualquier manera sirve.
Se presentó San Isidro el día 1 de febrero, y hasta última hora en las quinielas veíamos el nombre de Alberto López Simón.
Son cosas que al final te van rondando por la cabeza. Hay veces en las que, como todo en la vida, llega la gota que colma el vaso. Y en esas fechas llegó. En esta profesión he conseguido muchísimo más de lo que jamás hubiese imaginado cuando tenía sueños en la escuela taurina. He conseguido muchos más de los que me imaginaba. He conocido de las cosas más bonitas del toreo: torear en las Ferias y triunfar en ellas, y dije que hasta aquí habíamos llegado. El tiempo dirá lo que tenga que ser en un futuro, pero de momento hasta aquí llegamos y agradecidos a la vida y a todo lo que me ha podido dar el toro.
Hace poco vimos una imagen tuya en la Venta de Antequera delante de un novillo, ¿surgió o fue algo organizado? ¿Qué sentiste?
Era algo organizado. Era la preboda de unos muy buenos amigos y me pidieron desde que empezaron a organizar la boda que les encantaría que toreara un novillo. Hace un par de meses ya le iba ya diciendo yo a los novios que lo dejábamos, que quería ir a disfrutar como cualquier otro, que era presión para mí, que llevaba mucho tiempo sin torear. Y me alegré mucho, porque era un novillo, en una celebración privada en el campo, y me dio nostalgia.
¿El futuro pasa por volver a vestirse de luces?
A día de hoy, ni me ronda por la cabeza. Torear es una sensación que nada en la vida te lo puede aportar, pero varía mucho torear una becerra en el campo esporádicamente cada tres o cuatro meses en casa de un amigo a la realidad del toreo, en la que sale el toro de plaza de primera y competir con los compañeros. Nunca se puede decir que de esta agua no beberé, pero a día de hoy mentalmente no estoy ni con la mitad de la mitad de la ilusión que se debería tener. Disfruto muchísimo más como aficionado ahora mismo. Los últimos años he estado un poco quemado y casi me costaba ver toros, y ahora me encanta que den las siete de la tarde en el mes de mayo y ponerme a ver toros. Y veo matices que quizá antes, metido en la rueda, no era capaz de ver. Y ahora los disfruto más y soy capaz de saborearlos.