MADRID

El quinto de Victoriano siembra el pánico, es condenado a banderillas negras y coge por el pecho a Ureña


viernes 6 octubre, 2023

El quinto toro de este viernes en Las Ventas fue condenado a banderillas negras y pasaron las de Caín los hombres de plata, especialmente Curro Vivas, que se tuvo que tirar de cabeza al callejón. Luego, cogió a Paco Ureña por el pecho a la hora de estoquearlo.

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Ureña tendido en la arena de Madrid tras la cogida por el toro. © Luis Sánchez Olmedo

El quinto toro de la tarde de este viernes, 6 de octubre, en la plaza de toros de Las Ventas sembró por completo el pánico en el ruedo y en los tendidos. El animal, de Toros de Cortés -el segundo hierro de la casa de Victoriano del Río-, salió manseando y, desde ese momento, se hizo el desconcierto entre toreros y cuadrillas.

El toro, que le cupo en suerte al diestro murciano Paco Ureña -que compartía cartel con el francés Sebastián Castella y con el extremeño Ginés Marín- no quería entrar al caballo, y a pesar de que se pedía la devolución -algo antirreglamentario, porque no se puede devolver un toro por manso-, el presidente lo mantuvo en el ruedo. Y la decisión final que tuvo que tomar fue sacar el pañuelo rojo, destinado a poner banderillas negras, es decir, unos palitroques que tienen un doble arpón que sirven como castigo al toro, ya que previamente no ha podido ser picado.

Posteriormente, ese animal hizo hilo al banderillero Curro Vivas, que tuvo que tirarse al callejón de cabeza, y luego, en el final de la faena de un heroico Paco Ureña, el astado cogió al murciano por el pecho, y milagrosamente no salió herido, aunque sí magullado del percance. Así narrábamos, en el toro a toro, lo sucedido con este animal:

El serio quinto sembró el pánico por su mansedumbre en los primeros tercio. Debido a su negativa a entrar a los caballos, fue condenado a banderillas negras y pasaron las de Caín los hombres de plata, especialmente Curro Vivas, al que hizo hilo y tuvo que tirarse de cabeza al callejón. Se jugó la vida de verdad Paco Ureña, que acompañó la embestida del animal con torería. Porque no podía hacer otra cosa ante lo que tenía delante. Y rugió Madrid con sus agallas. La pena fue que pinchó en el primer encuentro, saliendo feísimamente volteado por el pecho -sin consecuencias aparentes- y le metió la mano recibiendo a la segunda, llegando con fuerza al tendido ese gesto. La pena fue el descabello.

Sobre las banderillas negras: «Cazarrata» en el recuerdo

Saltillo Rastrojero
Toro de Saltillo en Las Ventas. © Luis Sánchez Olmedo

Las banderillas negras, o de castigo, son un instrumento que recibe este nombre por estar decoradas con papelillos de color negro a lo largo de todo el palo. Estas banderillas son también denominadas como «banderillas viudas», por «el luto de los papelillos que la decoran». Se usan con los toros mansos como este de Victoriano del Río.

La última vez que se usó en la plaza de toros de Las Ventas fue en la Feria de San Isidro de 2016 con la lidia del mítico toro «Cazarrata», de Saltillo, lidiado por el torero alcarreño Francisco Javier Sánchez Vara.