Ha sido durante décadas la voz del toreo. Manolo Molés (Alquerías del Niño Perdido, 1940) es conocido como ‘el periodista de los toros’ y, quizá, si hay dos conceptos que definen su trayectoria son los de vocación y trabajo. Hoy es protagonista en Cultoro en una amplia entrevista en la que narra su pasado y su presente, siempre con la tauromaquia en el corazón y en la voz.
Pregunta: ¿Cómo decidió ser periodista? ¿Cómo y por qué decidió especializarse en el mundo taurino?
Respuesta: Empecé a leer y a escribir muy temprano y cuando tenía seis años ya me sabía toda la historia. Me llamó mucha atención el mundo del toro, también el fútbol, en general todo lo de la vida. Lo primero que me ofrecieron cuando vine a Madrid fue el tema de los toros y como era uno de los temas que me gustaban y que de alguna manera me apetecía mucho… . Ahí empezó todo. Luego ya he sido siempre ‘Manolo Molés, el de los toros’ y la verdad que lo he pasado muy bien.
El periodismo se puede hacer de cualquier tema y en el tema de los toros es especialmente importante no meter la pata, tienes que conocer al toro y a los toreros, valorar la importancia que tiene el toro y, por tanto, lo que ha hecho el torero. Eso es fundamental y desde un principio siempre lo que yo busqué es entender al toro y la importancia del torero cuando estaba bien y, también, cuando estaba mal. La verdad es apasionante si te metes dentro de lo que es el toro, si eres capaz de saber por qué pitón va mejor, en qué lugar de la plaza el toro embiste mejor… en definitiva, no es algo corriente, el toro es un animal que te ofrece cosas y te deniega otras y el torero tiene que entenderlo y de ahí la grandeza de que sea capaz de ello. Hay que tener mucho conocimiento del toro porque si no luego hay cornadas, volteretas… Si conoces al toro, la lidia siempre es buena, eso es fundamental para el toreo.
P: ¿Cuáles fueron los inicios de su trayectoria?
R: Mi abuelo y mis padres se dedicaban a la exportación de naranjas y mi abuelo era uno de los hombres más ricos e importantes de la zona de Castellón y Valencia. Y hay una foto en la que aparece un niño de unos 15 años, que soy yo, al que el abuelo pidió que aprendiera a leer y escribir para contarle las historias de Grecia y Roma, porque en aquellos años no sabían leer, ni escribir. Me pasé tres años, todos los días menos los domingos, contándole una historia por día. Por tanto, supongo que eso me ayudó muchísimo a que después yo podía contar cualquier cosa mejor. Luego cuando terminé bachiller me vine a Madrid y lo primero que me ofrecieron fue un tema de toros y ahí empecé poco a poco. La verdad es que puedes hacer buen periodismo con cualquier tema; el tema de los toros, si lo haces muy interesante y haces que le llegue a la gente, pues tiene importancia y eso está muy bien. En el fondo yo me he empleado en el mundo de los toros como se debe hacer en el periodismo y no de diferente forma.
La mentira es el ocaso de un periodista
P: ¿Qué es ser periodista?
R: Un periodista es un personaje que mira, ve y que cuenta lo que ve y si lo cuentas bien mucho mejor y si cuentas la verdad, todavía muchísimo mejor.
Mentir en este oficio es pecado mortal porque te estas engañando a ti y a los demás, es lo que no puedes hacer, puedes ser mejor o peor, pero no puedes ser mentiroso nunca. No puedes buscar algo que te interese a ti por dinero o por lo que sea, si estas engañando a la gente. Si tú quieres sobrevivir en esto tienes que ser muy, muy sincero, estar cada vez mejor preparado, amarlo mucho, seguir avanzando y no correr ningún interés de decir lo contrario de lo que es la realidad. Si cuentas las cosas como son tienes abierto un camino, pero la mentira es el ocaso de un periodista.
Cada uno cuenta las cosas como las ve, como las siente, como es. Lo que no puede ser es ser un impostor, guiarse por dinero o por tener más fuerza un director. No, no, tú tienes que ser siempre tú, estar preparado y hacer las cosas lo mejor posible.
P: ¿Cómo de importante considera que es tener vocación periodística?
R: Tiene una importancia total, tienes que tener una vocación tremenda. Tienes que escribir todos los días, estar dándole vueltas a la cabeza porque hay algo nuevo que quieres contar, otra cosa que no te apetece y no la cuentas… tú arrancas desde un principio a hacer periodismo y estás haciendo para ti mismo periodismo todos los días. Después eso lo contarás en una radio, emisora, periódico, donde estés. Vas por la calle y ves cosas que podrías contar o una tarde de toros, y tú las cuentas, aunque no estés trabajando. El periodista una vez que empieza está enganchado para toda la vida.
P: ¿Cómo ve el toreo en la actualidad?
R: Hay de todo, lo bueno es que en este mundo es que es verdad la mayor parte de las cosas. Ese toro de plazas importantes y si, además, el torero lo lidia bien, tiene tauromaquia, da espectáculo, es muy importante por eso algunos llegan a ser figuras de verdad. La categoría e importancia de un torero es que tenga calidad, que sea capaz de entender al toro, de llegar al público y de hacer una obra completamente bella. No es nada fácil porque estamos hablando de un animal que te puede herir, y de ahí la importancia de torear bien. Muchos lo intentan, pero siempre hay un grupo de toreros que además de ser buenos toreros, entienden al toro y dan espectáculo.
A veces pienso que esto va a durar toda la vida y otras veces que no. Es curiosísimo, que desde hace mucho tiempo voy a América con Caracol la empresa con la que trabajo de Colombia, y ahora hay una gran fobia antitaurina de los políticos. Yo recuerdo la época de Cesar Rincón que fuimos con Caracol e hicimos 25 corridas de toros y ahora cada vez van a menos. Lo más seguro ahora es lo de Francia porque la gente ama de una manera especial esta fiesta y los políticos tienen que aguantar si les gusta o no por la importancia que le da la gente. Y España es el país madre de esta Fiesta, donde hay que seguir peleando sí o sí. Lo importante es hacer las cosas bien, no mentir ni engañar, que la gente se vaya contenta, que el toro sea toro, el torero sea torero y el empresario, empresario. Yo creo que en este país hay que seguir el ejemplo francés, que hay algunas plazas que son toristas y no fallan nunca; y otras que siguen un equilibrio entre el torero y el toro, y tienen los gustos muy claros y defienden su espectáculo. Ojalá en España las cosas funcionen bien. A mí me gustan muchos los pueblos, la Fiesta nace en los pueblos y los más importantes son la gente del campo porque este es un espectáculo del toro.
P: ¿Cuál sería su meta a conseguir dentro de su profesión?
R: La meta es trabajar pensando en la gente que te oye y te ve y no engañarles, hacer las cosas bien. No hay nada mas bonito que cuando voy por la calle, afortunadamente la gente me dice: “Manolo, el otro día te escuché y contaste algo que no sabía o escuchándote aprendí algo nuevo”. El secreto es que tienes que saber de toros y no tienes que engañar; tú no dependes de nadie, ningún torero está por encima del público, ningún empresario por encima del público. Tienes que saberlo ver y contarlo, tienes que saber lo que ha pasado en la plaza y contarlo, le guste o no a quien sea, tienes que saberlo contar y contarlo de verdad.