El próximo domingo 7 de mayo Manuel Caballero volverá a Casas Ibáñez, la localidad en cuya plaza debutó con caballos el pasado año obteniendo un importante triunfo. Con él hablamos con un chaval muy tranquilo, de ideas claras y extrovertido al micro.
¿Cómo afrontas el compromiso del domingo?
Con ilusión y con muchas ganas de volver al lugar en el que me vieron debutar. Afronto el compromiso con responsabilidad.
Hablemos de esa tarde.
La recuerdo como muy bonita. El debut es algo que todos los toreros esperamos cómo también lo es la alternativa. Además, en mi caso, se retrasó todo por culpa de la pandemia y de otros factores. Los novillos de Alcurrucén embistieron y todo salió muy bien.
Ese paso te ha venido bien. Por la altura el becerro se te quedaba pequeño y restaba importancia a tu labor.
Eso es así, cómo dices. Además de la altura me he amoldado mejor a la embestida más templada del utrero frente al eral. El tamaño del utrero hace que la gente de más importancia a lo que haces y yo, además, estoy más a gusto.
Manuel Caballero, ¿hasta cuánto te presiona el nombre?
Sinceramente, me presiona, no te voy a decir que no pero lo hace hasta que sales a la plaza. Una vez que te vistes de torero sólo estás tú y te olvidas de todo. La responsabilidad sí la tienes siempre presente pero llegas a aislarte de las comparaciones.
En un tentadero que coincidimos me llamó la atención las pocas indicaciones que te hacía tu padre.
Es algo que nos dice todo el mundo pero siempre ha sido así. Siempre me ha dejado volar, experimentar, conocer las cosas y aprender por mí mismo. Él me habla muy poco en los tentaderos y en la plaza, luego ya en casa hablamos sobre todo.
Vamos a variar el tópico, ¿en qué os diferenciáis?
Ahí es difícil que te pueda contestar, es el aficionado el que debe decirlo. Somos diferentes, eso sí te lo puedo decir, y cada uno tenemos nuestra personalidad.
Tu carrera va medida, con compromisos puntuales y repercusión. ¿Cómo se aguanta la impaciencia por no torear?
Se aprende con el tiempo, ahí uno se va dando cuenta de que la cantidad no es la calidad. Todos queremos torear y que nuestro nombre suene pero yo confío en mi gente y en cómo me hacen las cosas y sólo pienso en estar lo más preparado posible para plantar batalla cuando toree.
Eres de una tierra muy hambrienta de toreros figuras.
Hay muchos chavales que están saliendo y uno tiene la ambición de ser figura en la tierra pero también en las demás.
Tú no eres el prototipo de torero de Albacete.
Es cierto, de Albacete se habla de toreros largos, hondos y con temple. He hablado mucho con mi padre desde que empecé y tenemos claro que el mejor torero es el que más registros tiene. Me gusta aprender y concebir el toreo de todos los sitios con la mente abierta.
¿Qué tienes por delante?
Casas Ibález y después una cita muy importante en Valencia el 13 de mayo. Hay otras cositas por ahí que no están confirmadas pero la temporada va a ser interesante.
¿No ha salido el nombre de Madrid a la palestra?
Claro, desde que te planteas en serio lo de ser torero. Es una plaza de responsabilidad, tienes que ir si o si pero te tiene que pillar preparado y no a ver qué pasa, debe servirte cuando llegue el momento de ir.
Te defiendes muy bien también fuera del ruedo.
(Risas) Siempre me han dicho que soy muy parlanchín, a lo mejor lo he heredado (risas).
Nos despedimos con el torero hablando de la repercusión que sabe, seguro, que tendrá la novillada del domingo con un hierro de garantías (Alcurrucén) y en un cartel de gran competencia.