El torero salmantino Manuel Diosleguarde ya se encuentra en su domicilio tras recibir este lunes el alta en el Hospital de Salamanca, después de 36 días hospitalizado (19 en Valladolid y 17 en Salamanca) debido a la gravísima cornada sufrida el pasado 28 de agosto en la localidad segoviana de Cuéllar.
La evolución experimentada a lo largo de la última semana ha sido clave para que el equipo médico tome esta decisión, según ha explicado a Efe el propio Diosleguarde, quien se mostraba «muy feliz» de volver otra vez a su entorno al lado de su familia.
«Después de tanto tiempo en el hospital uno ya echa en falta el calor de los suyos. Han sido 36 días muy difíciles en los que ha sido crucial el trabajo y el cuidado de todos los médicos y profesionales que me han atendido, también el de la cirujana que me salvó la vida en enfermería de la plaza de Cuéllar. No tengo palabras suficientes de agradecimiento», ha señalado el joven torero, de 23 años.
Un calvario que tuvo su origen al entrar a matar a aquel sexto toro de la corrida celebrada el 28 de agosto en Cuéllar (Segovia), de Cebada Gago. El diestro se tiró muy recto con la espada después de cuajar una gran faena y en el momento del embroque el animal le prendió por el muslo derecho, dejándose suspendido en el aire con el pitón dentro durante varios segundos de verdadera angustia.
Rápidamente fue llevado a la enfermería de la plaza, donde, por espacio de una hora aproximadamente, fue estabilizado por el equipo médico de la cirujana Marta López, y después fue trasladado de urgencia al Hospital Clínico de Valladolid para ser nuevamente intervenido de una cornada en la cara interna del muslo derecho de 25 cms por debajo de triangulo de Scarpa, que le habían partido la arteria femoral y la vena safena.
Tras varias semanas ingresado en este centro hospitalario, el pasado 19 de septiembre fue derivado al Hospital de Salamanca, donde ha continuado su recuperación hasta que hoy, y 36 días después, ha podido regresar a su casa.
No obstante, todavía deberá acudir cada dos días a la Mutua Fremap de la capital salmantina para que le continúen haciendo las curas pertinentes, además de seguir diariamente con sus ejercicios de rehabilitación, y todo con un único fin: «Recuperarme bien y poder volver a torear cuanto antes», concluye Diosleguarde.