‘Laminado’, de El Parralejo, de 599 kilos, era el toro que abría la tarde, al que José María Manzanares dejó media docena de verónicas a un astado que tendía a meterse por dentro y que acabó por desarmarlo en el cierre de ese saludo. Toro bien hecho, cuajado y serio por delante, digno de una plaza de primera. Correcto el tercio de varas, quitó por ajustadas chicuelinas tras él Roca Rey. Muleta en mano, Manzanares inició obra a un animal que seguía teniendo el defecto de venirse recto, y además de dar un feo tornillos a mitad de viaje, en el que embestía a media altura. Toro con peligro sordo con el que hizo un esfuerzo Josemari, porque se quedaba parado en el embroque y había que aguantarle. Y lo hizo el alicantino a base de viva voz en los toques, de cites fuertes y de trazar con firmeza. La estocada cayó en todo lo alto y eso terminó por decidir al tendido en pedir la oreja.
VALENCIA
Manzanares, una faena de exposición al peligro sordo del primero y una estocada de libro
domingo 16 marzo, 2025
El alicantino paseó un premio de un abreplaza que embistió a media altura y dando un feo tornillazo a mitad de viaje
