ENTREVISTA

Marco Antonio Gómez: "Fue duro, mi corazón quería torear pero mi mente no me dejaba"


sábado 18 abril, 2015

El que fue figura de los novilleros debió dejar el toreo por miedo escénico; ahora, con la ilusión a mil, pretende una nueva y ambiciosa aventura en el escalafón superior. Esta tarde arranca su temporada en Ejea de los Caballeros

El que fue figura de los novilleros debió dejar el toreo por miedo escénico; ahora, con la ilusión a mil, pretende una nueva y ambiciosa aventura en el escalafón superior. Esta tarde arranca su temporada en Ejea de los Caballeros

El torero sevillano Marco Antonio Gómez es una de las historias con mayor
sensibilidad del toreo en los últimos años: figura de los novilleros hasta su
alternativa, el de Alcalá de Guadaira debió cesar en su ilusión por liderar el
escalafón debido a un problema psicológico que le impidió alcanzar la cima. La
mala suerte rodeó una carrera encaminada a la gloria, pero aún perduró ese gozo
taurómaco cuando Marco Antonio debió emigrar al norte de la Península para
ganarse el pan. Entonces, encontraría en un deporte, el fútbol, su oasis
psicológico; pero no dejaba su verdadera vida a un lado, pues los pueblos de
Castilla vieron cómo Gómez -ya con la alternativa sobre sus hombros- se
recorría cada fin de semana sus laderas y festejos populares. El corazón se lo pedía,
pero la mente no le dejaba. Ahora, con nuevo mentor, se dispone a reemprender
el camino glorioso que el ya caduco miedo escénico rompió en su vida y esta
tarde comienza temporada en Ejea de los Caballeros.

Las circunstancias adversas hicieron que tuvieras que dejar tu tierra,
Alcalá de Guadaira, para desarrollar en Cantabria tu actividad profesional.
Pero no dejaste a un lado la que había sido para siempre la vocación de tu
vida: el toreo. Supongo que sería una decisión y un trayecto duro…

Yo decidí dejar de torear por problemas personales en 2006. Tenía un miedo
escénico que no me dejaba desarrollar con normalidad la profesión de torero.
Llegué a liderar el escalafón de novilleros y tomé la alternativa en 2011
.Desde entonces toreé ocho corridas. Cuando este problema me atormentó y decidí
colgar por un tiempo el vestido de luces, los psicólogos me aconsejaron
realizar un deporte en equipo y el fútbol fue mi salida. Ahora, gracias a Dios,
estoy preparándome con ilusión para la temporada 2015.

Tu carrera como novillero fue triunfal: fuiste figura de los novilleros
y, en el «boom Cayetano», lograste adelantarlo en el escalafón menor.

Toreé cincuenta y cinco tardes y lideré el escalafón. Fue una de las etapas
más bonitas de mi vida.

Supongo que en todo este tiempo habrás pensado y sobre todo sentido, que
echabas en falta el toreo…

Lo echaba muchísimo de menos, sobre todo el día a día, el montarte a la
furgoneta, el estar en la plaza con los compañeros, el cariño del público,
estar delante del toro…

¿Perdiste la ilusión en algún momento?

No del todo. Fue un problema mental que era superior a mí. Ahora, después de
unos años y solventar ese problema y gracias a mis capeas por Castilla, vuelvo
con más fuerza que nunca.

Y el entrenamiento, ¿qué pasó con él?

Pues dejé de entrenar durante dos años, dejé de saber nada del toro. Fue muy
duro para mí, porque uno nace torero, pero la mente me obligó a tener que
cortar de raíz esa vocación.

Entonces, el fútbol llegó en el momento justo, ¿no?

Correcto, justo en esa etapa me acerqué al fútbol. Me recomendaban los
psicólogos el deporte de equipo, porque entrenando estaba todo el día sólo. No
hablaba con nadie. Y eso era también difícil para la mente.

¿Ni una acción de torero en esos dos años?

Ni una. Lo que sí es verdad es que, cuando lo cogí, fue con fuerza. Después
de veinticuatro meses sin coger los trastos, comencé a ir a todas las capeas de
Castilla y León, a curtirme con el toro de la calle y a disfrutar en esos
festejos populares.

Ahora una nueva etapa amanece en tu carrera, ¿qué esperas de ella y de
este 2015?

Comenzamos temporada esta tarde en Ejea y proseguiremos el día 2 de mayo en
Ampuero. Intentaremos torear cinco o seis corridas lo más pronto posible para
rodarnos y esperamos que la empresa de Madrid cuente con nosotros para
confirmar la alternativa.

¿Cómo entiende el toreo que no ha podido decir durante todos estos años
Marco Antonio Gómez?

El toreo templado, ajustado, profundo y, sobre todo, despacio.