La leyenda cuenta que la Esperanza Macarena llegó a Sevilla en el siglo XVII de manos de un mercader que provenía de Italia con el propósito de continuar hacia América. Se enfermó a punto de embarcar en el puerto de Sevilla y se le trasladó al Hospital de la Cinco Llagas, donde falleció. Las pertenencias del mercader, entre las que se encontraba la talla de la Virgen, quedaron en posesión de las monjas de este lugar.
Dicen que la fe mueve montañas. Para los cristianos —practicantes o no— la figura de la Virgen y Jesucristo es algo que condiciona su día a día. En Sevilla, como ocurre en muchas otras ciudades de España y el resto del mundo, la Semana Santa es la más importante del año. Siete días donde la devoción por las imágenes se hace patente. Son días donde el sevillano y el forastero se dejan empapar por una nube de sentimientos que atrapa a todo el que acude a la capital hispalense.
Unos tienen una fuerte religiosidad, otros acuden por el amor a unas tradiciones o a disfrutar de un museo en la calle, e incluso algunos por el folclore y los sonidos que durante estos días se dan alrededor de las distintas imágenes, esas que son las realmente importantes, unas advocaciones que cada año suman nuevos adeptos. Dentro de esos fieles y devotos hay muchos que van a pedir, otros a dar las gracias, unos lo hacen con una mirada, otros con la palabra, en incluso el que puede mediante una saeta.
La cantante María Toledo hizo público hace unos días una hermosa historia que hoy queremos hacer extensible a nuestros lectores. Ésta la hizo pública en sus redes sociales y se hizo viral: fue delante de la Macarena, la Virgen de Sevilla, esa que cada Madrugá camina por las calles para regar de Esperanza a la ciudad. Esa imagen que se vistió de luto por Joselito El Gallo y que desde el año pasado saluda cada vez que sale de su Basílica.
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Un mensaje salido desde lo más profundo del corazón de una mujer que pese a no ser sevillana; ya siente esta tierra como suya: «Se acerca la Madrugá. El año pasado, fuimos a Sevilla, a su Semana Santa. Solo mi marido y yo sabíamos lo que yo pensaba en ese momento mientras cantaba, pero ahora lo sabréis todos porque os lo voy a contar. Estábamos en Camas y de repente le dije: Esaú, vamos a Sevilla, necesito cantarle a la Macarena, a pie de calle, donde surja y rezarle para que nos conceda el milagro de ser padres. Y nos fuimos de madrugada a Sevilla«.
«Aún no lo sabíamos, pero ya estaba embarazada en ese momento del vídeo. Por eso, siempre le estaré agradecida a Ella, a la Reina de San Gil, porque siento que nos ayudó. Cuando me enteré que estaba embarazada pensé en ese momento cantando a la Virgen. Es algo tan especial… Para las personas que me leéis, deciros que no perdáis nunca la fe porque las cosas llegan cuando tienen que llegar o a veces no llegan, porque no tienen que llegar», escribía en su cuenta de Instagram María Toledo.
Tras rezarle aquella Madrugada de 2022, María Toledo decidió volver al mismo sitio donde el pasado año puso mirarla a los ojos y hablarle cara a cara. Un momento único e inolvidable que la toledana y su marido no olvidarán en la vida, porque como ella misma reconoce, una vida ya le latía dentro, siendo la Macarena la única que lo sabía. Por eso volvió a darle las gracias, a volver a cantarle a esa Virgen de Sevilla.