JAVIER FERNÁNDEZ-CABALLERO
Es el máximo responsable de Espectáculos Taurinos y Gestión, una empresa que crece y que durante este curso se ha asentado como un bastión importante. Junto con José Ignacio Ramos y Álvaro Dévora forman una entidad cada año más afianzada y más ejemplar. Con Colmenar Viejo como timón y con El Burgo de Osma y San Martín de Valdeiglesias como ejes, esta empresa ha logrado potenciar las tres plazas aumentando su número de abonados y presentando unos envidiables resultados artísticos y de gestión. El trabajo siempre da sus frutos.
Tres plazas han sido el eje de la temporada de esta empresa: Colmenar, El Burgo de Osma y San Martín de Valdeiglesias, ¿qué balance general harías de estos tres cosos?
Ha sido un año en el que hemos crecido en esas tres ferias. Son seriales distintos. Colmenar es una feria con un impacto muy grande; El Burgo es una feria totalmente definida, con mucha personalidad y a la que acude mucha gente a pesar de que es un pueblo pequeño; San Martín es una plaza que está costando más trabajo, donde la cogimos totalmente denostada y la estamos recuperando. La gente, en esta última plaza, quiere siempre ambiente torista y otra con toreros más comerciales. Es una plaza de toros preciosa, con un significado tremendo.
Hay un punto que es común a las tres plazas: el significativo aumento de abonados y de público.
Correcto. Cuando se trabaja con el amor que le ponemos todo el equipo, eso se traduce a una manera de que la gente esté cercana. Eso lo hemos conseguido. Además, hemos creído a pesar de estar en un momento tan delicado. Hemos aguantado el tirón y hemos dado toda la calidad que teníamos en nuestras manos. Cuando la gente ve que les ofreces nuevos espectáculos y nuevos precios, se entrega. Hemos apostado por la calidad, por lo mejor en toros y en toreros y eso lo hemos combinado con una política de precios muy atractiva que ha calado en el aficionado.
¿Qué ha representado Colmenar para la empresa sabiendo que se triplicaron los abonos? ¿Cuál fue el secreto de ese éxito?
La verdad que el Ayuntamiento confió en nosotros, nos dio esa oportunidad y nosotros teníamos que demostrar de qué éramos capaces. Yo toreé en Colmenar hace varios años y era una feria en la que iban las figuras del toreo. Ellos habían cambiado el anagrama de la feria, y nosotros creíamos que era un espacio al que debía acudir la gente de los alrededores. Queríamos convencer a la comarca de que los espectáculos iban a tener categoría, y ese ha sido el gran éxito. El primer año llevamos a las figuras del toreo, y este año ha sido un ferion, a pesar de la pena de la corrida suspendida por lluvia. Colmenar es una plaza de primer nivel y la feria ha tenido esa misma categoría.
La apuesta de La Corredera era fuerte, ya que hubo un replanteamiento de la feria recuperando una fecha tradicional en esa plaza, ¿cómo cayó el experimento?
Nosotros chocábamos con varias ferias alrededor, y pensábamos que no teníamos que perjudicar con Sanse. Hablé con la empresa que regenta esa plaza, me dijeron su perfil, hubo diálogo entre ambos, y el martes podrían venir las figuras del toreo ese día. Además, se recuperaba una fecha tradicional y el resultado fue bueno. La cosa funcionó, fue una tarde muy bonita, especial. La pena fue que la tarde del lunes se suspendió.
¿Hacia dónde continuará creciendo esa plaza?
Es nuestra ilusión y nuestra apuesta y vamos a seguir en ese son. Nosotros somos cercanos al máximo. Vivimos el día a día en todas nuestras plazas. Participamos en otras ferias y somos cercanos a la gente. Que el aficionado vea con mucho tiempo lo que tú quieres y puedes hacer, que lo vayan asimilando. A veces es cierto que con el tema de que los pliegos salen tan tarde, no te da tiempo a trabajar. Hay que ser gente sencilla, profesional y cercana. El que paga es el aficionado y a ese es al que hay que darle lo mejor.
En cuanto a El Burgo de Osma, en la provincia de Soria, celebra una feria en fechas complicadas, en torno al 15 de agosto, pero que este año ha conseguido situarse en cabeza de las ferias de esa época del año.
Con sinceridad, creo que es la segunda plaza de la provincia tras Soria. El Burgo es una afición maravillosa, es una gente extraordinaria. Es muy cercana y aquello es como una familia. Hay muchísima gente que colabora con nosotros: hemos ganado en publicidad y en peñas. Además, nosotros les facilitamos el abono en peñas, pues estamos hablando de 1700 peñistas. Esa ha sido la virtud. Esa feria tiene una personalidad distinta al resto de las plazas, en sombra hay muy buena afición y en sol la gente se lo pasa bien. Disfrutamos muchísimo allí. Hemos echado una feria muy bonita, en la que las corridas de toros han embestido.
Además, El Burgo es la plaza más importante de la provincia de Soria, un punto a favor, tanto por el tipo de toro que sale como del público que acude.
Era cuestión de ilusionar al público y al aficionado. Nuestro mensaje ha sido volver a generar ilusión ofreciendo carteles atractivos donde se combinaban corridas bien hechas y con todas las garantías junto a toreros muy seguros en el triunfo y capaces de ofrecer lo mejor de sí mismos. Ahí hemos tratado de hacer las cosas muy bien, de darle lo que ellos realmente piden y tiene unas condiciones maravillosas.
San Martín de Valdeiglesias es una plaza donde manda el toro. A pesar de ello, también se ha dado con la tecla del éxito. Era una plaza difícil, por lo delicado de su situación al cogerla, pero un paso hacia adelante ha conseguido relanzarla, ¿no?
Es una plaza muy torista. Siempre el toro les ha gustado grande. Estos últimos años, las empresas anteriores tuvieron un momento muy malo porque eran los años de crisis, y además las cosas no se hicieron suficientemente bien. Actualmente hay muy buena conexión con el Ayuntamiento, la alcaldesa confió mucho en nosotros y nos dejó confeccionar el perfil que queremos. Gracias a ello, hemos crecido muchísimo. Los toreros saben que van a matar un toro fuerte, con la gente dura, pero hemos encontrado sobre todo en la corrida de Baltasar Ibán impactar. También la corrida de Peña fue impresionante, embistió muchísimo con Bautista, Galdós y Lorenzo. La feria ha crecido mucho y eso te da moral para seguir. Quedan unos cuantos años todavía de gestión. Lo más duro que tiene esa plaza, es que tienen la costumbre de hacer la feria los días que caigan: este año tocó domingo, lunes y martes, y además septiembre es muy complicado para dar toros. Hay una base de abonados fija, que es lo que hemos querido siempre en las tres plazas.
¿Cuántos años os quedan de gestión en cada una de las plazas?
Nosotros, en Colmenar, afrontamos el segundo año de gestión antes de que salga a concurso; San Martín quedan tres años, y El Burgo un año más y queda alguna prórroga. Lógicamente intentaremos optar a otras plazas de segunda y siempre que haya alguna plaza donde merezca la pena trabajar, confíen en nosotros y crean que somos válidos, allí estaremos. Este año dimos alguna corrida de toros a principio de temporada, como el caso de Sonseca, y algunas novilladas también las organizamos nosotros. Estamos inmersos en este mundo siendo felices, llevando los disgustos lo mejor posible y cuando hay felicidad, los toreros puedan ser los protagonistas.
Se finalizó el acuerdo de apoderamiento con Juan Bautista, ¿qué recuerdo os queda de esta etapa y qué pensamiento tenéis en cuanto a nuevos apoderamientos?
Creo que hicimos con él un trabajo a su altura. Es un gran torero y una persona extraordinaria. Los toreros son dueños de su carrera y él ha decidido emprender otro camino que nosotros respetamos. La relación continuará siendo buena por ambas partes. ¿Apoderar a otro torero?, lo iremos viendo. Ofrecimientos hemos tenido y no lo descarto, pero si apostamos por uno tiene que ser uno en el que creamos de verdad y le veamos posibilidades de ser un torero importante.