CAMPO BRAVO

Miura dice adiós a «Rafalín», un mito en su ganadería que ha dedicado su vida al toro bravo


viernes 24 mayo, 2024

Dice adiós "Rafalín", otro baluarte de la histórica vacada sevillana, que se ha jubilado de la divisa de Zahariche tras toda una vida dedicada al toro bravo.

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Un toro de Miura y, a la derecha, Rafalín. © Plaza 1 y X

En el campo, al igual que ocurre en las urbes, llega una edad donde se abre una nueva etapa para un trabajador, una fecha que marca la edad de jubilación de este, esa que viene a premiar tantos años de esfuerzo y sacrificio. Para muchos es la fecha límite para mantenerse en su puesto de trabajo antes de cobrar la pensión, para otros simplemente una fecha que dejan pasar para continuar ejerciendo un oficio que les llena plenamente.

En el caso de los hombres de campo no siempre se sigue esta regla al querer muchos de ellos seguir trabajando día a día con el toro bravo pese a tener la oportunidad de echarse a un lado. Es ley de vida que unos dejen paso a otros, pero muchas veces estos mayorales y vaqueros prefieren seguir en contacto con el animal que supuso gran parte de su vida. El ser útiles es algo que les llena de vida, ayudar y enseñar a los que vienen por detrás una bendición para ellos.

En 2019 fue el turno de Manuel García, mayoral de la vacada de Miura durante más de 20 años y trabajador de la misma durante 56 años. Entró en la casa Miura en 1963, comenzando a trabajar con el toro bravo dos años después. Un hombre que lo dio todo por el toro bravo, una persona querida por prácticamente todo el toreo, pero que tuvo que decir adiós a su oficio como mayoral tras cumplir la edad de jubilación y por expreso deseo de su familia.

Antonio Domínguez López tomaría el relevo como conocedor de la vacada, un hombre que ha mamado el campo desde que era un niño, un hombre de total confianza para Eduardo y Antonio Miura. Pero con el tiempo pasa para todos, el pasado martes la cuenta de la vacada sevillana en X publicaba la jubilación de otro de los baluartes de la casa, Rafalín, como así le llamaban en Zahariche se jubilaba tras prácticamente toda una vida junto al toro de la casa.

“Hacemos nuestras las palabras de nuestro Rafael de lonuestromiura. Se jubila Rafalín. Sirvan las imágenes de esta tarde como pequeño homenaje a una gran persona y toda una vida dedicada al toro bravo y al caballo. Gracias, maestro, disfruta de tu nueva etapa junto a los tuyos” se podía leer el pasado día 2 de abril en la citada red social. Un adiós que es ley de vida, una despedida que duele a todos y cada uno de los empleados de una casa que se sienten parte de la misma. Ahora le toca dar el do de pecho a la savia nueva, esa que debe empaparse de los consejos de sus mayores e intentar aprender de ellos.

Rafalín es un hombre sencillo, un experto profesional en el manejo del ganado bravo y un magnífico conocedor del toro de lidia, un trabajador intachable que se ha desvivido durante toda su vida por este animal tan emblemático como es el toro bravo. Ahora afrontará una nueva etapa de su vida donde este animal seguirá formando parte de la misma. Es ley de vida que se vayan unos para que lleguen otros, pero duele ver cómo se alejan aquellos que tanto dieron al toro bravo.