En artículos anteriores escritos en este medio se ha destacado la figura de la MECA -comisión taurina de la Casa de Misericordia de Pamplona- en temas relacionados con los honorarios de un ramillete de toreros que por su situación actual no tienen la sartén por el mango a la hora de negociar en las plazas de mayor fuste. Espadas que se ven obligados a matar corridas muy duras por el mínimo establecido por ley según al grupo al que estos pertenezcan.
Según la Resolución del 25 de febrero de 2023, de la Dirección General de Trabajo publicada en el BOE, un espada del Grupo A percibirá un mínimo de 22.313 € en una plaza de primera, 17.004 € si es del grupo B y 15.304 €. Los espadas se dividen en grupos según los festejos toreados la campaña anterior, algo que no tiene en cuenta la citada MECA al fijar un mínimo de unos 36.000 € por torero y tarde. Con esto se pretende que esos espadas que no tienen poder de negociación sí cuenten con unos emolumentos importantes en comparación con los que perciben en otras plazas de similar categoría.
Al igual que existe con los toreros, la citada MECA también establece un mínimo en relación con los emolumentos a percibir por los ganaderos que lidian festejos en la Monumental navarra; según ha podido saber este medio, esa horquilla va entre los 72.000 y 120.000 €, cifras importantes y a tener muy en cuenta. Hay que tener en cuenta que, al contrario que sucede con los espadas, subalternos o rejoneadores, para los ganaderos no hay una resolución que deje claro el precio mínimo por una corrida, sino que es el mercado el que lo regula.
Muchos son los ganaderos que vienen pidiendo que las corridas y novilladas tengan un precio mínimo según la categoría de la plaza donde se lidien para evitar así que el toro se lidie por debajo de su coste. En Pamplona, y según la horquilla antes mencionada, el precio de cada toro oscilaría entre los 12.000 € y los 20.000 €, una cifra importante que sirve de respiro para una serie de ganaderos que han visto como los costes se han disparado en los últimos años.
Como ha podido conocer este medio, el hierro sevillano de Miura es una de las vacadas que está en la parte noble de esa horquilla, es decir, un hierro que percibe unos emolumentos importantes por estar presente cada año en Pamplona. El hierro de la familia Miura es una de las divisas con mayor fama en la capital navarra, una ganadería que ha recibido cinco premios ‘Feria del Toro’ a la mejor corrida del serial y otros nueve ‘Carriquiri’ al mejor toro del serial.
Una ganadería de enorme personalidad por la que no parece pasar el tiempo, y decimos esto por el comportamiento que tiene tanto dentro como fuera de la plaza una divisa que sigue manteniendo intacto ese tipo zootécnico de toro que ya deslumbró tanto en el siglo XIX. Una vacada muy respetada tanto por los mozos como por los toreros, esa que ha corneado a más mozos en estos 21 años de encierros, concretamente 19, que en todo el siglo XX.
Esta temporada volverán a cerrar, como ya es tradicional, una Feria del Toro donde los animales oriundos de la localidad sevillana de Lora del Río volverán a pisar tierras navarras para seguir ahondado su leyenda. En esta ocasión serán Antonio Ferrera, Manuel Escribano y Jesús Enrique Colombo los tres valientes espadas que se anuncien con un hierro que este 2024 cumplirá 40 años ininterrumpidos de asistencia en Pamplona.