CAMPO BRAVO

El momento de apuro de un trabajador de ‘Las Tiesas’: Cobradiezmos la emprende contra él en plena vacunación


viernes 25 agosto, 2023

El siguiente hecho ocurrió hace unos meses en una de las fincas donde habitan las vacas del hierro de la A Coronada.

Cobradiezmos
Instante en el que Cobradiezmos se da la vuelta. © YouTube

Ser ganadero de bravo va mucho más allá de ser un simple criador; ese nombre tiene detrás una gran responsabilidad por continuar el legado que tomaron de sus ancestros. Ese es el caso de Victorino Martín García, un ganadero que lleva muchos lustros apostando por un tipo de toro que ahora es un referente. Victorino es un hombre que siempre tiene en la cabeza la figura de su padre, un ganadero que llevó a la élite a una vacada que estaba abocada a la desaparición.

La divisa de la A Coronada se ganó el respeto de la prensa, las empresas, los toreros y el aficionado gracias a una búsqueda de un animal que llevara la emoción a los tendidos. Esto es algo que no siempre ha sido fácil por la dificultad que entraña el conseguir un animal bravo sin caer en ese tan denostado genio, ese que viene derivado de la defensa y la falta de entrega. Un proyecto ganadero cimentado en un número amplio de vacas y varios sementales que gracias a su bravura son ya sementales claves de la casa.

’Director’, ‘Uruguayo’, ‘Cobradiezmos’ o ‘Cidrón’ son algunos de ellos, animales que enarbolan la bandera de la bravura en una casa donde su ganadero es plenamente consciente del tipo de animales que hay que llevar a la plaza, esos que luego serán los encargados de dejar en buen, o mal lugar a su criador. El más importante de todos es ‘Cobradiezmos’, toro indultado en Sevilla por Manuel Escribano, un toro que pese a su nobleza en el campo, muchas veces pone complicado su manejo.

En uno de los cercados estrella se encuentra este semental junto a sus vacas; la labor se hace sin violentar a los animales, buscando que estos sigan a los mansos hacia los corrales. Con la totalidad de los astados ya fuera de su cercado, se procedió a separarlos entre grupos: vacas hacia un lado, becerros hacia otro y semental en un corral aparte. Este es el momento para destetar a los becerros más grandes.

El semental en cuestión anda caliente, ofuscado, no quiere estar en los corrales, algo que se ve en su expresión corporal. Por todo ello fue el primero que se metió en la manga para evitar que se hiciera daño golpeándose con alguna de las puertas. Pese a los intentos de los vaqueros, el animal seguía inquieto y moviéndose mucho, algo que imposibilitaba hacer la labor con eficacia. Fueron segundos de tensión y peligro, ese que propició ‘Cobradiezmos’ al arrancarse hacia uno de los trabajadores que le abría la puerta de la manga. Afortunadamente, las querencias evitaron un problema muy serio.