Tras devolverse al primero por su manifiesta falta de fuerzas, salió en su lugar un colorao del mismo hierro, astado que salió suelto y desentendido de los capotes antes de dejar Morante un saludo a la verónica con mayor intención que lucimiento. Mostró endeblez y cierta violencia en el percal, dejándose pegar en un paso por las cabalgaduras donde volvió a flojear de remos. Se desplazó con temple en el capote de Joao Ferreira, hombre de plata -vestido de azabache- que le abrió los caminos a media altura ganando el toro un tranquito más. Cinco muletazos por alto y una trinchera de cartel fueron el prólogo de un trasteo de suma cadencia ante un toro con movilidad y cierta transmisión. Se la dejó siempre en la cara para tirar de un ejemplar que embistió con todo en la pañosa. A zurdas tendió a hacer hilo y venir algo más vencido, pero a base de buena colocación y sentido del temple Morante le sacó naturales sueltos a favor de querencia de su personal concepto. Faena tan irregular como torera, un trasteo donde no consiguió pulir ese molesto cabeceo del animal. Tomó vuelo su trasteo cuando consiguió llevarlo metido empapado en la muleta, ahí la Maestranza y Morante se entregó a un astado de Matilla con teclas. Pero la espada no viajó certera, sonó un aviso y todo quedó en una cerrada ovación que recogió desde el tercio.
SEVILLA
Morante o cómo parar el tiempo por derechazos
lunes 5 mayo, 2025
Se la dejó siempre en la cara al primero bis de esta tarde en Sevilla para tirar de un ejemplar que embistió con todo en la pañosa.

Foto: Porcuna