Ya lo avanzamos hace unos días en este medio: Morante de la Puebla adquiere ganado de la divisa de Alcurrucén para comenzar su proyecto ganadero bajo el hierro, señal y divisa de la ganadería de Pérez de la Concha. Una compra realizada a los hermanos Lozano que acabó sellándose el pasado miércoles, según adelantó este medio ayer. Un paso adelante que coloca a Morante de la Puebla en una posición que comparte con otros compañeros en activo como Miguel Ángel Perera o Alejandro Talavante.
El ser ganadero y matador de toros en el mismo espacio de tiempo no es algo usual en el gremio, pese a existir casos de espadas tan ilustres como Juan Belmonte que sí llegaron a combinar ambas facetas. A los citados anteriormente habría que añadir otros como Pedro Gutiérrez Moya “El Niño de la Capea”, Juan Antonio Ruiz “Espartaco” o Enrique Ponce o Julián López “El Juli”, entre otros, cuatro espadas que también andan inmersos en sus respectivos proyectos ganaderos.
Al contrario que sus compañeros, José Antonio apostó por la rama Núñez, ganado que en los años 80 comprara la familia Lozano a los Hros. D. Carlos Núñez, una de las vacadas más ilustres del campo bravo que hoy tienen su continuación en Tapatana, finca matriz del hierro de la R de Rincón. Por lo tanto, el sevillano decidió apostar por un tipo de toro especial, un animal con unas connotaciones muy especiales. A “Malvaloca” llegarán próximamente un lote de vacas y un semental marcados a fuego con la P y la L -en el mismo hierro- de la ganadería de Alcurrucén para comenzar esta nueva andadura.
Una vacada a la que los hermanos Lozano han puesto en lo más alto de la órbita ganadera de la actualidad, convirtiéndose en una de las más solicitadas en la Monumental de Las Ventas al ser, junto Victoriano del Río y Victorino Martín, uno de los hierros con mayor regularidad en la primera plaza del mundo en los últimos lustros. Alcurrucén se convirtió en exigencia sine qua non de Morante de la Puebla para estar presente, tanto en la Feria de Otoño de 2021 como en el San Isidro de 2022 y 2023.
Meramente anecdótica es la compra de dos vacas a Goyo Quintas -que al final no se las cobró a José Antonio-, puesto que la aventura ganadera que iniciará el de La Puebla pretende tener una base sólida para ir trabajando con ella en el tipo de animal que quiere criar y dotar de su personalidad para poco a poco ir subiendo escalones de cara a poder ir lidiando animales de un hierro histórico y de gran carga emocional para el cigarrero.