Tras su encerrona en la exigente plaza de Vic-Fezensac, donde cortó dos orejas y dejó una gran sensación de poderío, el diestro Morenito de Aranda compartió sus impresiones sobre una tarde de gran responsabilidad y desafíos. Lidiando toros de Flor de Jara y Araúz de Robles, el burgalés se mostró satisfecho con la imagen transmitida y la conexión con el público, a pesar de no haber sumado más trofeos por fallos con la espada.
«Era una tarde de mucha responsabilidad. Seis toros en Vic sabemos la importancia que tiene por el toro y la exigencia del aficionado que acude a la plaza, además de la exigencia para uno mismo, para estar metido en lo que a mí me gusta de la lidia y lo que a mí me gusta de la plaza», afirmó Morenito, quien no ocultó la dificultad del compromiso. «Sabía que no iba a ser fácil; estoy contento y orgulloso por mí. Pudo ser más en cuanto a trofeos por las espadas, o porque alguno se amorcilló, pero la imagen dada y que lo haya visto la gente por televisión es muy importante».
El diestro se llevó de la tarde «mucho las dos ovaciones que me pegaron antes de salir los seis toros». Subrayó que «ese tipo de cosas no suelen estar en gala en Vic, ese tipo de ovaciones, y me mostró mucha sensibilidad». Una emoción que fue recíproca. Destacó el binomio con el primer toro, un ejemplar de Flor de Jara de «mucha categoría», sintiendo que estuvo «al mismo nivel».
Respecto a la apuesta ganadera, que no era sencilla, Morenito explicó que fue «de común acuerdo con el club taurino Vicois». Lamentó la «mala suerte, porque muchos toros se estropearon», lo que obligó a buscar otros ejemplares para mantener el desafío anunciado. «No fue nada fácil incluso para las ganaderías. Causaron baja varios toros de los reseñados», y aunque Flor de Jara se llevó el desafío, reconoció que Araúz de Robles es una ganadería «muy importante».
Mirando al Futuro: un verano de compromisos y crecimiento
La tarde de Vic-Fezensac ha dado una «mayor dimensión» a su temporada ya lo acontecido en Madrid. A pesar de llevar dos décadas de alternativa, Morenito de Aranda se muestra ambicioso y en constante evolución. «Creo que poco a poco, con muchas cosas que desarrollarme y coger regularidad con la espada, de evolucionar, de seguir creciendo como torero», señaló.
Con una madurez que contrasta con el deseo de superación, el torero sentenció: «Mi techo está mucho más alto a pesar de llevar 20 años de alternativa; es un orgullo que me esté sucediendo esto ahora». Con «mucho por recorrer» y «citas muy importantes», Morenito de Aranda confía en que la resonancia de su actuación en Vic-Fezensac le abrirá nuevas puertas en un verano con importantes compromisos.