Con la temporada pegando sus últimos coletazos a este lado del charco, los ganaderos de bravo ya preparan la temporada venidera con ilusión. Este es el caso de la ganadería de Araúz de Robles, divisa que ha vuelto a plazas de gran importancia y donde ha podido evidenciar el momento por el que pasa. Su triunfo en del pasado año -con un animal de gran clase- les volvió a dar ese impulso que venía pidiendo la ganadería.
En los cercador de ‘La Colonia y Burguillos’ poco a poco van tomando color gracias a las lluvias caídas y la calidad de la tierra de esta zona de Guarromán. Los toros y utreros pastan ajenos a la complicada situación que vive el campo, así como un amplio número de erales que poco a poco se van haciendo a un terreno escarpado en algunas zonas y más suave en otras. Una ganadería con una personalidad muy marcada, un hierro que con el tiempo se ha ganado el respeto y la admiración tanto de los toreros como de los aficionados por criar un tipo de animal distinto al resto.
Una ganadería que siempre tiene que estar ojo avizor por la presencia de distintos tipos de animales que bajan de la sierra para comer junto al ganado bravo, una práctica que pone en jaque a una ganadería que ve como dichos animales salvajes hacen de “hospedadores intermediarios” de enfermedades como la tuberculosis con el riesgo que ello conlleva para una ganadería con una sangre única.
Precisamente eso pudo verse en el programa de esta semana del programa Toros para Todos; en éste un muflón se adentraba en el cercado de los novillos de la divisa jiennense, comiendo junto a ellos y bebiendo en las zonas habilitadas para el ganado bravo. “Llevamos tres años con una muflona que se pasó de la finca del vecino, ha cogido querencia y donde van los novillos va ella” comentaba el propio mayoral de la casa en este reportaje.
La fauna silvestre puede transmitir enfermedades como la tuberculosis a los toros bravos
La llegada de este tipo de animales acarrea problemas importantes para los ganaderos al transmitir enfermedades a su ganado como la que obligó a José Montes a sacrificar 300 cabezas de ganado hace cuestión de un año por un brote de tuberculosis en sus animales, sin duda un palo muy duro para un ganadero que vio como la proliferación de estos animales y su contacto con el toro bravo le dejaba de la noche a la mañana sin una ganadería con una simiente de gran valor genético.
Hace unos días el propio Luis Miguel Parrado, gran conocedor del campo bravo, comentaba una publicación similar en redes sociales, esa donde se veía a un muflón comiendo entre erales de la divisa de Araúz de Robles, algo que es muy típico, pero también muy peligroso para las ganaderías que se encuentran ubicadas en plena sierra. Sin duda un dolor de cabeza para unos ganaderos que cruzan los dedos para que sur reses no se vean afectadas sanitariamente por la presencia de estos animales que beben y comen junto a ellos
“Y así es como el muflón y otros animales salvajes hacen de “hospedadores intermediarios” de enfermedades como la tuberculosis, que por esta circunstancia nunca podrá ser erradicada completamente del bovino en zonas de sierra y caza” escribía en referencia a este tema hace unos días en su red social Twitter. Un problema para el que no hay solución posible debido a que estos animales no pasan ningún control sanitario, haciendo que, de ser portadores de una enfermedad, esta se contagie a esos animales que conviven con él.
Y así es como el muflón y otros animales salvajes hacen de «hospedadores intermediarios» de enfermedades como la tuberculosis, que por esta circunstancia nunca podrá ser erradicada completamente del bovino en zonas de sierra y caza.
— Luis Miguel Parrado (@LMParradoH) October 22, 2023