El ruedo de la literatura taurina cuenta con un sello editorial distinto: Letras de Almagre. En el nombre ya se hermanan los dos elementos esenciales, la escritura y el almagre, que es el óxido de hierro que da su color tan característico a las tablas de las plazas.
El proyecto está impulsado por cuatro aficionados y bibliófilos de reconocido prestigio, y que son Juan Salazar, Beltrán Caruana, Rocío Rubio y Rafael Gómez. Abre la puerta del toril la interesante empresa con dos títulos: Cuéntame un toro, de Manuel Valera, y Gente pa tó, de José Ramón Márquez. Los ejemplares se pueden adquirir tanto en la web de la editorial, letrasdealmagre.com, como en la Librería Rodríguez de Las Ventas.
El editor Juan Salazar defiende la personalidad propia del sello, con ediciones muy cuidadas, numeradas, y títulos que mantengan el espíritu crítico y romántico del concepto, que no abandona nunca el interés por el lector. Las ilustraciones de José Vega hermosean el conjunto, y el formato ha sido diseñado para disfrutar de una lectura gozosa.
Gente pa tó, de José Ramón Márquez, se ocupa de las vidas extremas de quienes pueblan los arrabales de la tauromaquia. “Los del traje destrozado son una gente interesantísima”, dice el autor.
En Cuéntame un toro, Manuel Valera ha reunido doce relatos con el deseo “de que embistan”. Todas las narraciones tienen al mundo de los toros como escenario, y cada una de ellas procura un género literario distinto, que va del policíaco al fantástico, del erótico al humorístico y que incluso incursiona en la prosa poética. El lector encontrará a sicarios que se parecen prodigiosamente a Roca Rey, a pintores que se apropian de la capacidad de José Tomás o a un aficionado al que sólo le queda una única esperanza en la vida: ver una puerta grande de Morante en Madrid. “Alguno de los cuentos embestirá, ojalá todos. Yo los he criado parejos, fuertes, encastados. Llegan bien presentados”, bromea Valera. “Cuéntame un toro cumplirá su función si un aficionado no lector se anima a leer o si un lector no aficionado acude a la plaza y se aficiona”.
