Para ponernos en situación hay que ir hasta el pasado 23 de agosto, cuando Morante de la Puebla se encontraba delante del cuarto de la tarde, un animal de Juan Pedro de poca entrega con el que el sevillano nunca estuvo cómodo. Un animal muy parado y con embestidas por encima del palillo. José Antonio no lo veía claro cuando un espectador le gritó un “estás muy gordo Morante”, momento en el que este plegó muleta y sin pensárselo dos veces se fue a por la espada.
En ese instante se formó una algarabía en la plaza, el murmullo fue creciendo por los comentarios de unos a otros, nadie se podía creer lo que en ese momento estaban viviendo. Lo cierto es que el pensamiento de José Antonio en ese momento fue: “Si me faltan al respeto, tampoco tengo yo por qué respetar”, y se fue a cazar al de Juan Pedro, casi sin cuadrarlo, con toda la intención de acabar de inmediato.
Pero esta historia tenía un segundo capítulo. Al día siguiente el propio espada sevillano tenía que trenzar el paseíllo en el coso de Vista Alegre para matar la corrida de El Puerto de San Lorenzo junto a Manuel Escribano y Andrés Roca Rey, un festejo donde la gran entrada de público -3/4 largos de plaza- fue la primera nota positiva de una tarde donde el sevillano puso todo de su parte para no irse con un mal sabor de boca de esta plaza.
Los tres espadas cambiaban la seda por el percal para lancear al viento y soltar tensiones, una vez dentro del callejón y antes de dar suelta al primero de la tarde la siempre sensible e inteligente afición de Bilbao quiso sacar a saludar a la terna, algo que Morante no tomó en consideración, prefiriendo quedarse dentro del callejón mientras sus dos compañeros agradecían tal muestra de cariño. Un gesto de Morante que es susceptible de interpretación, ese que vamos a desgranar en el siguiente párrafo.
Unos hablaban que la ovación iba destinada hacia el torero peruano tras caer herido el pasado año en esta misma plaza, de ahí que Morante no quisiera salir a saludar y quisiera que fuera Andrés el que se llevara la ovación. Otros comentaban que el sevillano aún se sentía molesto por lo ocurrido el día de ayer, por eso no quiso salir al tercio con sus compañeros, algo que resulta extraño al ser un único aficionado el que metió la pata.
Sea como fuere, ese gesto llamó mucho la atención, siendo la comidilla tanto en redes sociales como en los tendidos de la plaza y en las tertulias posteriores al festejo. Una tarde en la que el sevillano dejó los pasajes más toreros del festejo -pese a no cortar oreja- tanto con capote como con muleta, sobresaliendo sus verónicas al primero, así como su recibo al segundo de su lote, un precioso quite por chicuelinas y breves pasajes a derechas ante un animal que se rajó pronto.
GRACIAS José Antonio.
Bilbao no merece a Morante. RESPÉTELO.@MORANTISTA97 @torosenbilbao pic.twitter.com/vcBCVhaeIG— _manueltorress05_ (@manueltorresp05) August 23, 2023