La de este sábado, 3 de mayo, es la corrida de las reivindicaciones para los tres toreros sevillanos que se dan cita en el Baratillo a las siete de la tarde. Cada uno de ellos tiene un motivo distinto para reivindicarse con la corrida de Victorino Martín.
Manuel Jesús ‘El Cid’
A FAVOR- Manuel siempre ha sido un torero de sensibilidades que guarda el toreo profundo en sus muñecas. Su necesidad de ganarse el respeto del sistema lo azuzan cada tarde que logra vestirse de luces en su regreso a los ruedos. Y hoy lo hace en el patio de su casa.
EN CONTRA- El de Salteras ya no está en su plenitud física ni derrocha el valor como lo hacía para torear de esa forma con la mano izquierda, además de que no tiene el mismo ritmo de estar toreando casi cada día.
Manuel Escribano
A FAVOR- Escribano se encuentra en un momento de madurez reflexiva que sólo se alcanza con una edad y una veteranía -cimentada, en gran parte, con toros de este hierro-, pero no ha perdido las facultades físicas para ofrecer un gran espectáculo. Sus tres tardes en La Maestranza este abril culminan todo su sentido precisamente con la tarde de hoy y la de Miura.
EN CONTRA- Pese a que sabe hacer el toreo, Manuel no es el fino estilista que representan sus compañeros de cartel, y tiene que lucir con el toro que de verdad pone problemas.
Daniel Luque
A FAVOR- Si hay un torero, de un tiempo a esta parte, que se ha mostrado en posesión de la capacidad casi completa ante los toros, ese es Daniel Luque. Su forma sevillana de interpretar se conjuga a la perfección con un sentido de la lidia que pone a embestir casi a cualquier animal. El poder de los toros de Victorino, además, le benefecia en su concepto.
EN CONTRA- Llega a Sevilla, su casa, en pleno duelo por la triste pérdida de su padre, un puntal importantísimo en su carrera que no estará, por primera vez, al hacer el paseíllo en la Feria, y eso puede pasar factura anímica.
Victorino Martín
A FAVOR- Es, seguramente, el hierro con más vitola de la cabaña brava mundial, y su ganadero la tiene tan en la mano que es perfectamente consciente de lo que tiene que salir en cada plaza, fallando muy poquito en sus cálculos. Reúne clase y calidad con bravura e incluso temperamento, y hasta las complicaciones que plantea las anuncia por abajo.
EN CONTRA- El hierro tiene una reputación que mantener, heredada del añorado patriarca, y, al igual que suele haber dos toros extraordinarios por encierro, es habitual que salgan otros dos ‘moviendo las orejas’.