En más de una ocasión hemos hablado sobre las vacadas de Caras Blancas del Carpio y Bellalucía, un proyecto ganadero propiedad de Julián Gómez Carpio, recortador, banderillero y empresario, quien asentó su cuartel general en la finca que da nombre a uno de los hierros. Pese a tener una extensión limitada la finca Bellalucía, ésta permitía a su propietario tener perfectamente delimitados los cercados por sexo y edad.
Se trataba de una explotación ganadera situada en el término municipal de Fuentidueña de Tajo, y que meses atrás pasaría a ser propiedad de Raúl de Tomás, delantero perteneciente al Rayo Vallecano de Madrid y actual apoderado del novillero Alejandro Chicharro. Julián sabía que debía buscar un nuevo asentamiento donde dar cobijo a sus animales, encontrando la finca perfecta en Arganda del Rey.
El Soto, propiedad de El Juli, pasa a manos de Julián Gómez Carpio
Para conocer más sobre el emplazamiento exacto de la explotación y las características de ésta quisimos hablar directamente con su propietario, Julián Gómez Carpio, quien trasladó hasta estos pagos madrileños las 140 vacas de vientre y los tres sementales que tenía en la finca Bellalucía. Para este ganadero el espacio es muy importante, de ahí que buscara una finca bien estructurada y con las infraestructuras necesarias para el manejo diario del ganado.
“La finca se la compramos a El Juli en Arganda del Rey”, explicaba Carpio a este medio nada más preguntarle por su nueva adquisición en la Comunidad de Madrid. “El ganado lleva ya aquí algún tiempo, es importante que estos se aclimaten y se hagan a su nuevo entorno, los animales son muy sensibles a los cambios, afortunadamente todo está controlado”, recalcaba Julián.
Una nueva explotación ganadera que se asienta en una de las fincas que compró el diestro de Velilla en esta localidad madrileña, lugar donde también se sitúa ‘El Feligrés’, una de las joyas de la corona que posee Julián López ‘El Juli’. “La finca no es muy grande pero me encaja perfectamente para el volumen de ganado que tengo actualmente”. Esta no es la única relación de Carpio con el espada madrileño; sin ir más lejos posee vacas pertenecientes a la ganadería de El Freixo, una divisa con una simiente muy contrastada.
Con la llegada de su nuevo propietario, éste decidió cambiarle el nombre a la finca pasando de llamarse ‘El Soto’ a ‘El Carpio’: “La finca anterior llevaba el nombre de Bellalucía y al llegar aquí pensé que debía darle un nombre que la identificara con el ganado que pasta en ella, de ahí que decidiera ponerle ese nombre”, explicaba un ganadero que inaugurará -de cara al público- dicha explotación dentro de poco más de un mes.
Respecto a su apertura al público, Carpio nos daba una fecha aproximada: “La inauguraremos en febrero o marzo, estando esta disponible para entrenamiento de toreros y recortadores, visitas de aquellos que quieran conocer la ganadería o para eventos, creo que hay que acercar el toro a la gente”, acababa explicando un ganadero que sigue apostando por la sangre que le ha dado notoriedad dentro del mundo del toro.