Muchas son las fincas que han albergado ganaderías de postín a lo largo de su historia, lugares que dieron cobijo al ganado de ilustres ganaderos que con el paso del tiempo, o bien, tuvieron que abandonar su sueño, o dejaron un legado que su familia ha seguido conservando hasta día de hoy. Fincas afincadas, muchas de ellas, en los pagos que unen las provincias de Sevilla y Cádiz muy cerca de la baja Andalucía. Tierras donde las grandes extensiones de terrenos de divisaban desde la lontananza, caseríos encalados con patios empedrados y jeraneos en las ventanas.
Haciendas, cortijos, caseríos… todos ellos unidos en varios de sus extremos con las cuadras, lugar donde el caballo, tan importante para el manejo del ganado, tenía su sitio. Fincas que aún perduran, muchas de ellas sin ese animal que les dio vitola y grandeza. Ese no es el caso de la hacienda «Bucaré», una finca muy equilibrada donde el ganado podía ir rotando de cercado en cercado para mejorar así el aprovechamiento de sus pastos. Aquí desde hace varios lustros no correteaban los becerros, no pitaban los sementales, no se enzarzaban por el poder los cuatreños.
La venta de gran parte de la ganadería a la familia Cancela cerraba así un capitulo más en la historia del toro bravo. Bien es cierto que fuera de aquí parte de la familia Buendía sigue apostando ciegamente por un tipo de toro que creó a su imagen y semejanza D. Joaquín Buendía Peña. Se trata de dos hierros que no han sucumbido al paso del tiempo: Joaquín Buendía, gestionado por José Buendía y Rehuelga, en manos de Rafael Buendía.
«San José de Bucaré» volverá a albergar ganado bravo
Ahora, en pleno 2023 la hacienda «San José de Bucaré» volverá a albergar ganado bravo tras la compra por parte del empresario cordobés Antonio Carrillo de esta mítica finca esa que tras más de 70 años en manos de la familia Buendía cambia de manos para llevar allí la totalidad de los animales adquiridos por el citado empresario cordobés al matador de toros Antonio Ferrera. Una ganadería que pasará a anunciarse como Cuevas Bajas tras bautizarla el diestro extremeño como «La Peregrina», pasando de pastar en el término municipal de La Roca de la Sierra (Badajoz) al sevillano de Alcalá de Guadaira.
Una divisa que tiene procedencia Los Guateles con algún goterón de Fernando Sampedro y El Torreón, aunque Ferrera también poseía ganado de la rama Vega-Villar tras adquirir vacas a Caridad Cobaleda así como de la rama Santa Coloma perteneciente en su día a la ganadería de Río Grande. Tres encastes, tres procedencias con las que deberá jugar un nuevo ganadero que sueña con volver a reverdecer viejos laureles con la entrada nuevamente de animales cárdenos en estos pagos alcalareños.