MARCO A. HIERRO / ILUSTRACIONES: JUAN IRANZO
Apuesta de envergadura del diestro hidrocálido que confirma alternativa en un cartel de campanillas junto a Sebastián Castella y Paco Ureña, delante de ejemplares de Núñez del Cuvillo.
SEBASTIÁN CASTELLA
Cuando de torear se habla se supone que uno se refiere a un tío con un trapo, un toro delante y la muerte en medio para levantar acta. Así lo entiende el francés Sebastián Castella, que ve cómo van pasando los lustros sin apearse del su cómoda y elevada posición en el escalafón. Podrá gustar más o menos la forma en que se enfrenta el francés a sus circunstancias, pero nadie puede negar que tiene personalidad, aunque a ello haya contribuido también el hecho de contar siempre con apoderados que le han defendido el sitio. Es, tal vez, el torero más internacional de cuantos pisan las plazas, y sus seis actuaciones de la presente campaña se han desarrollado en su totalidad allende los mares. Toreó 54 tardes en 2016, con 63 orejas y dos rabos paseados, y sobre todo rentabilizando mucho la vitola de ser triunfador de San Isidro con aquella faena al Jabatillo de Alcurrucén
que ya ha entrado en los anales de la Tauromaquia. Hubo tarde importantes el pasado año, tanto para el público en general como para el propio torero, que se quedó enganchado a la sensación de pegarle siete naturales y uno de pecho a uno de Adolfo en Madrid. Aunque no sirviesen para romper el telón de acero del sector más exigente. Su encerrona de Nimes -de buena sensación en general pero ayuna del triunfo como él lo quería- y sobre todo su tarde sevillana de San Miguel le vuelven a colocar en el lugar que su individualidad demanda. Y en la guerra que nunca rehuye. Sus armas se basan en la quietud, el tremendo conocimiento de terrenos y distancias y el gusto por el toreo despacio. Con los años ha ido evolucionando en su búsqueda de perfección de su concepto, pero eso también le ha hecho en ocasiones buscar una faena preconcebida sin atender a las condiciones del toro que tiene delante -porque su valor le permite intentarlo-. Sin embargo, cuando brota el Castella templado y mimoso de muñecas se hace presente el toreo, que en él se sublima cuando olvida las brusquedades.
PACO UREÑA
El murciano Paco Ureña ha salido del casi ostracismo en el que se encontraba hace sólo cuatro temporadas a base de raza para aprovechar opciones que en ocasiones pudieron resultar hasta milagrosas. El indulto de un Victorino en su tierra dio a conocer su nombre entre los que lo tenían olvidado y su posterior actuación en Madrid lo puso en manos de la Casa Chopera para hacerlo funcionar por las ferias. Así lleva las últimas tres campañas, con el respaldo de saber que ya no son imprescindibles los triunfos para tener el año diseñado. Mucho menos ahora, que lo apodera Simón Casas. Sin embargo, su concepto clásico, el recuerdo que ha dejado entre los aficionados de su tremendamente sincera colocación ante la cara del toro y el pago con sangre de esa verdad le han granjeado el afecto de los aficionados, que ven en él la figura tradicional del tieso que consigue llegar a rico con su muleta y su espada. A Paco le faltó un festejo en 2016 para llegar a los 30, pero fue capaz de cortar 31 orejas, de dos en dos en 7 ocasiones, y otras tantas que se dejó con la espada, uno de los puntos flacos del murciano, porque en alguna ocasión se las dejó en Madrid. Sus mejores actuaciones hasta la fecha han reflejado un toreo con mucho sello, de medio pecho al frente, las zapatillas enfrontiladas a la cara del animal y mucha sinceridad en el asiento y la carga de la suerte en los embroques. Lo tiene el murciano, pero eso sorprendía mucho más cuando eran más contadas sus actuaciones. Es inevitable querer cumplir los contratos una vez que están firmados, pero también lo es que eso le reste verdad en las tardes de menos compromiso. Aun así, su temple innato, su forma de sentirse -tanto que a veces hasta él mismo se sorprende de sentirse tanto- y su vehemencia en intentar el toreo le hacen un torero muy atractivo para el aficionado.
LUIS DAVID ADAME
La campaña de Luis David en Europa este curso ha sido meteórica. De unos resultados impactantes, de acelerador apretado en resultados. Un suceso desde el primer zambombazo en San Sebastián, proclamándose ganador de la Concha de Oro como triunfador de la Semana Grande, hasta el último en la feria de San Mateo de Logroño, pasando por la salida a hombros de Palencia donde dio réplica a El Juli y Roca Rey, hasta la triunfal tarde que completó en La Glorieta de Salamanca. Luis David toreó de novillero en Madrid y salió lanzado como un prometedor novillero. Una tarde de carácter y hondura, mismos atributos que ha venido demostrando esta campaña como matador de toros, un año que arrancó –por culpa de una lesión de hombro- a finales del mes de julio. Torero de recursos, Luis David posee un concepto del toreo tan personal como arrebatador. De gran intensidad, firmeza y ligazón, el mexicano busca apretarse con los toros y someterlos para cimentar después faenas basadas en la emoción que aporta temple y las cercanías. Madrid espera a Luis David. Y Luis David espera a Madrid. Un año y medio después, vuelven a cruzarse. Las Ventas con sus códigos. Y aquel novillero convertido ahora en todo un matador de toros que llega a confirmar su alternativa, su tauromaquia y sus sueños. Luis David, novedad en Madrid. Más que nunca. Igual que entonces.
NÚÑEZ DEL CUVILLO
Al hierro de Núñez del Cuvillo tan sólo le puede quedar una espina clavada del 2016: no haber podido lidiar la corrida completa en Madrid. Por lo demás, fue una temporada de auténtica excelencia destacando una tarde, la de Jerez, y un toro, el último de la temporada en Zaragoza. En medio, el gran “Cacareo” de Alicante o corridas completas como las de Albacete. Este año también ha destacado en todas las ferias de importancia en las que ha estado anunciado. Lo hace después de un invierno en el que las inclemencias meteorológicas han marcado el devenir de un hierro que vio cómo cincuenta vacas morían ahogadas en “El Grullo”. Valencia, tras una corrida en Olivenza sin tanta rotundidad como la de 2016 pero con toros de importancia, fue pieza clave en el puzle de su campaña en el mes de marzo. Tras su presencia en la feria de San Isidro de Madrid, toda la temporada ha sido un sinfín de triunfos ganaderos en los ruedos para arribar a la feria de Otoño.