La familia de Victoriano del Río respira ese romanticismo necesario para continuar criando toros bravos en los tiempos que corren. Este año, para mantener el volumen de la ganadería han tenido que tirar de otros recursos de la familia, pues los ingresos percibidos la pasada temporada no representaron para ellos ni el 10% de sus gastos. Y es que si algo tienen claro en esta casa ganadera es que los animales deben estar atendidos y preparados pese a la incertidumbre. Por eso, ya tienen listas para salir de la finca la mayoría de las 16 corridas que han apartado para este año y esperan con ilusión que la temporada arranque en Sevilla el próximo 18 de abril con sus toros abriendo la feria en un cartel de campanillas compuesto por Morante, Pablo Aguado y Roca Rey. Así nos lo cuenta Pablo del Río en una entrevista concedida a Cultoro.
¿Cómo está actualmente la ganadería? ¿Se han llevado muchos animales al matadero?
Hemos toreado todos los machos que se han enviado al matadero y nos hemos quedado con tres cuartos de camada. En cuanto a hembras, sólo eliminamos unas 15 vacas, que casi entra dentro de lo normal en otros años. Mientras que podamos aguantar la ganadería, tiraremos de otros recursos de la familia y seguiremos manteniendo el volumen de 430 vacas madres.
¿Se han mantenido las corridas apartadas para 2020 que no pudieron lidiarse?
Los toros que han cumplido seis años los hemos toreado y se han mandado al matadero los que no han valido. Hemos dejado dos o tres con gran trapío para el festejo popular. Del resto, lo que menos nos ha gustado lo hemos toreado y ha ido al matadero. Ahora, tenemos alrededor de 50 cinqueños que hemos mantenido durante todo el año y la camada del Guarismo 7, de la que hemos eliminado todo lo que no nos terminaba de llenar por trapío.
“Pese a la incertidumbre, no nos podemos permitir que los animales estén desatendidos”
¿Cómo calificas la temporada 2020?
La temporada del año pasado fue dura para todos los profesionales del toro, pero en mayor medida para los ganaderos. Pese a la incertidumbre que reinó durante toda la temporada, no nos podíamos permitir que los toros estuvieran desatendidos. Todos los cuidados, la alimentación y la sanidad en el campo eran los de un año normal y la dureza de saber que probablemente no se iba a lidiar nada, nos mantenía en jaque.
¿Quedasteis satisfechos con los animales que se pudieron echar a la plaza?
Estamos muy satisfechos con lo que salió en la temporada. Empezamos en Olivenza, donde salieron cinco toros de un grandísimo nivel. Después, pudimos lidiar un toro suelto en Arles en la corrida concurso, que fue un gran animal y tomó tres puyazos. Pero nuestra tarde cumbre fue Nimes, que fue una de las cuatro o cinco corridas más importantes que hemos lidiado en toda nuestra historia. Terminamos en Jaén con uno de los toros más importantes del año, “Basurilla”. No podíamos fallar a la afición y nos exigimos mucho.
“Si se sigue manteniendo esa protección al lobo, llegará un momento en el que se podrán producir desgracias humanas”
Por si fuera poco, este año comenzó con “Filomena”, que afectó mucho a las ganaderías de la zona centro…
Filomena nos afectó mucho. Mi padre dijo que era la nevada más fuerte que había conocido en nuestra zona, pero la ganadería estaba preparada para sobreponerse a ese revés. Tuvimos que echar de comer con maquinaria de obra civil y durante cinco días los animales no pudieron comer nada, pero al final no hubo ninguna baja. Fallecieron sólo tres becerros recién nacidos.
Otro enemigo de actualidad para los ganaderos es el buitre. ¿Habéis sufrido algún ataque?
Los buitres sólo nos han matado un becerro, el ataque más grave que hemos sufrido ha sido de lobos, que mataron a cinco añojas con 16 meses. El problema es que el ataque se produjo a menos de 500 metros de Guadalix de la Sierra. Esto nos da qué pensar que cómo se siga manteniendo esa protección tan brutal que se tiene con el lobo, llegará un momento en que se podrán producir desgracias humanas.
“Esto es un sálvese quien pueda. Los ingresos del año pasado nos supusieron un 10% del gasto”
¿Cómo planteáis la temporada? Hasta la fecha, tenéis confirmadas las corridas de Sevilla, Istres y Dax…
Vamos a pensar en positivo y en que todo va a salir bien. La mayor esperanza es que arranque la temporada de verdad el 18 de abril en Sevilla con la primera corrida aunque sea con el 50%. Nuestra obligación es estar preparados. De las 16 corridas que tenemos preparadas para este año, 14 están listas para salir.
Con la situación actual, muchas ganaderías cortas han tenido que reducir mucho su camada y probablemente no aguanten más otro año como el 2020…
Esto nos está afectando a todos y es un sálvese quien pueda. Todos los ganaderos estamos tirando de recursos de otros negocios porque los ingresos del año pasado nos supusieron un 10% del gasto, y no se puede restar un ápice al gasto de los animales.
“Los ganaderos hemos reducido nuestros ingresos a una mínima expresión y no podemos asumir un ajuste mayor”
¿Cómo ves el futuro de las ganaderías de bravo a corto plazo? ¿Crees que habrá un número excesivo de toros acumulados en el campo en los años siguientes?
Creo que a la larga habrá una carestía muy alta de toros. Por desgracia, hay muchos compañeros que no han podido aguantar y hay muchas ganaderías que se han reducido. Vamos a aguantar lo que podamos porque los gastos de las ganaderías son muy altos, pero si no hay fuente de ingresos, van a ir cayendo compañeros. Muchos están tirando de préstamos y ayudas, pero a algunos les está suponiendo problemas de patrimonio familiar. Veo el estado del campo bravo muy complicado en un futuro a medio plazo. Si no hay ganaderías, no habrá posibilidad de elección de los toros.
¿Crees que se darán este año más toros que en 2020 y se abrirán las grandes plazas?
Creo que se irán abriendo las plazas de primer nivel y cuando esto pase, todo irá detrás. Los empresarios están pidiendo ajustes muy altos a los ganaderos, que obviamente no tenemos más remedio que asumir dentro de los límites que tiene cada ganadería y los toreros también están aceptando esas reducciones. En 2020 y 2021 los ganaderos hemos reducido nuestros ingresos a una mínima expresión, no nos pueden pedir más esfuerzos. Llegábamos a recoger ingresos ridículos y se hacía por dar festejos. Los ganaderos no podemos asumir un ajuste mayor porque sería el suicidio de nuestras ganaderías.