VALENCIA

Un aficionado lanza en Valencia una bota de vino a Paco Ureña y lo hiere en el rostro


miércoles 15 marzo, 2023

El murciano daba la vuelta al ruedo tras lidiar al cuarto tris de la tarde cuando un aficionado le lanzó el objeto con buena voluntad, pero sin acierto.

Paco Ureña Rostro
Paco Ureña, tras ser herido en el rostro. © José Joaquín Diago

La anécdota ha sucedido esta tarde en la plaza de toros de Valencia: un aficionado, con su buena voluntad, lanzó una bota de vino al diestro murciano Paco Ureña durante la vuelta al ruedo que protagonizaba tras lidiar al cuarto toro tris de la tarde y terminó hiriéndolo en la zona superior del ojo que perdió en su percance hace cinco años en la plaza de toros de Albacete con un astado de Alcurrucén.

Tras unos momentos de incertidumbre y terminar la vuelta al ruedo, Paco Ureña pasó a la enfermería, donde le fue colocado un esparadrapo en la zona en la que impactó la bota, que devolvió al tendido como suelen hacer los toreros durante las vueltas al ruedo. Todo quedó en una anécdota.

En la tarde, Paco Ureña lidiaba toros de Juan Pedro Domecq al lado del toledano Ángel Téllez y del madrileño Francisco de Manuel.

El resto de la tarde de Paco Ureña en Valencia

Paco Ureña
Paco Ureña tras la lidia del cuarto tris. © José Joaquín Diago

En cuanto al resto de la tarde, el diestro murciano selló una obra plena de verdad, entrega y torería al cuarto ejemplar tris de la tarde, con el hierro de Montalvo, después de la devolución del toro titular de Juan Pedro Domecq y del primer sobrero, también con el hierro de Juan Ignacio Pérez-Tabernero. Frente a ese animal, dejó una obra llena de verdad y de naturales eternos, pero el palco no supo verlo y no otorgó nada más que una oreja a pesar de la fortísima petición de la segunda.

De esta forma, Paco Ureña sella así un primer paso por la Feria de Fallas con muy buen resultado. Su segunda tarde en el abono tendrá lugar el próximo domingo, tarde en la que hará el paseíllo en mano a mano con el diestro sevillano de Daniel Luque para lidiar un encierro con el hierro cacereño de Victorino Martín.