Paco Ureña fue protagonista, esta semana, en el programa «El Albero», de Cope, un espacio dirigido por Sixto Naranjo en el que el torero murciano desgranó una temporada 2023 para no olvidar -con tardes de suma importancia como la de Victorino en Madrid-, pero también un ilusionante comienzo de temporada 2024 en el que estará en cosos como Valdemorillo o Valencia. Así habló Ureña en el programa radiofónico, también, de los sinsabores de los despachos tras los triunfos obtenidos la pasada campaña:
«En el toreo, lo que te mantiene es el interés, y que tú como artista transmitas algo»
Comienzas muy pronto la temporada en Valdemorillo, una Feria que ha tomado protagonismo en estos años.
Ninguna temporada es decisiva a estas alturas de mi carrera. Todas las temporadas son importantes. Indudablemente, este año comenzaremos más pronto que otros años con la misma ilusión y las mismas ganas de trabajar.
Cuando empieza una temporada así, ¿cuál es el objetivo que se marca Paco Ureña?
Es un objetivo muy alto: dar el máximo nivel porque indudablemente no he dado ni la mitad de lo que he dado de torero y debo de dar. El año pasado fue una temporada muy intensa y buena, con cuatro o cinco actuaciones importantes. Mi objetivo es poder hacerlo en un número mayor que las 16 tardes del año pasado.
¿Te has sentido frustrado en cuanto a los despachos?
No. Indudablemente, cuando haces motivos para estar en muchos sitios y no lo estás, lógicamente tanto yo como cualquier otro compañero pasas por un periodo de incomprensión. Este es un camino muy largo.
¿Hasta qué punto crees que los triunfos tienen repercusión en los despachos?
Hay muchos casos donde hay toreros que han triunfado y luego salen ferias y no están anunciados. Lo que cuenta aquí no son solo los triunfos, sino que tengas algo que contar. Al final, un artista deja el poso. Una o dos tardes triunfales las puedes tener, pero el hecho de dejar una huella es lo que te mantiene, más allá del triunfo.
El cariño y el reconocimiento del público es muy importante.
Sí, la siento. Por eso llevo manteniéndome mucho tiempo, porque al final el aficionado te quiere ver y va a la plaza. Hay plazas tan importantes como Madrid donde el aficionado quiere verme, y eso indudablemente es por algo. En el toreo, lo que te mantiene es el interés, y que tú como artista transmitas algo. El negocio, es otra cosa. Pero al final te mantiene el aficionado y la ilusión de que te quieran ver. Mucha gente habla de qué es la pureza, y la pureza es entregarte a un animal y darle a elegir entre la muleta o tu cuerpo. En ese trance es donde nace mi mejor toreo.
¿Cómo un torero se sobrepone a ese tipo de circunstancias?
Por el amor que le tengo al toro, a mi profesión. Eso es lo que me hace sobreponerme a todo eso y a otras muchas cosas que a veces pueden resultar mucho más duras.
Ureña: «Lo difícil aquí es que te quieran ver y mantenerte»
¿Alguna vez Ureña le ha llegado a flaquear el ánimo?
Sí, si no sería un hipócrita. He pasado momentos muy duros. El año pasado pasé un momento muy delicado en un trance después de San Isidro, cuando estuve dos meses sin vestirme de torero hasta Santander. Lo pasé mal. Incluso mi mente dudó de muchas cosas, pero al final el toro te saca de todo eso, y otra vez me ha vuelto a salvar.
Tengo esperanza en mi manera de torear, en mí, en lo que soy capaz de hacer. Y cuando el aficionado o una persona que paga un tendido va a verte, eso perdura en el tiempo. Esa es la única fuerza que hay aquí. Y volver a romper muchas barreras; en eso estamos. Lo difícil aquí es que te quieran ver y mantenerte.
Tener a Juan Diego a tu lado, que durante su carrera sufrió también al sistema, ¿ayuda?
Ha sido muy duro para él también, porque es una etapa nueva en su vida apoderar a un torero como yo, que tiene una exigencia en los despachos acorde a lo que se ha ido haciendo. Y no tenemos que ofrecer más que nuestra espada, nuestra muleta y el interés que podamos generar.
El 30 de marzo se reabrirá Sutullena con una encerrona tuya.
Es algo muy importante en mi carrera y en mi ciudad, tanto a nivel del Ayuntamiento como del Club Taurino. Podremos volver a hacer realidad que los toros vuelvan a Lorca, algo que será grandioso. Y el formato es ideal, con una autogestión por parte del Ayuntamiento. Ojalá esto sea ejemplo de una autogestión limpia y libre.
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