ENTREVISTA

Padilla: "Lo único que quiere el ciclón es profundizar más en su toreo"


jueves 12 marzo, 2015

Nos citamos con el jerezano a escasos metros de un lugar sagrado: la Puerta del Príncipe. Está responsabilizado, pues en pocos días le espera Castellón, la primera del año

Nos citamos con el jerezano a escasos metros de un lugar sagrado: la Puerta del Príncipe. Está responsabilizado, pues en pocos días le espera Castellón, la primera del año

Nos
citamos con Juan José Padilla a
escasos metros de la Puerta del Príncipe. En ese lugar, todo tiene un aroma y
una cita especial. Todo huele a torería. Lo nota Juan José. «Estando tan cerca de la Puerta del
Príncipe te sientes más torero»
, asegura el jerezano, »
y prefiero estar cerca de ella, por lo que pueda pasar en la Feria de
Abril»,
prosigue entre risas. «Como torero y aficionado merece
la pena cada vez que se viene a Sevilla detenerse un ratito a verla, porque es
única. Es un marco incomparable e inigualable este».

Debe
ser de los pocos sueños que le queden a Juan José por cumplir, atravesar este
umbral a hombros…»Sí, es un sueño. Esta y la de Madrid. Son dos plazas que se me
han resistido. En esta he tenido la oportunidad de cortar orejas en varias
corridas, de disfrutar de una afición muy entregada. Hacer el paseíllo en
Sevilla es un honor para los toreros, es algo primordial por todo lo que
concierne. Te sientes torero, sientes el respeto de la afición, sientes el cariño,
te sientes que puedes expresar la faena soñada. Luego, el silencio de la plaza
juzga tu actuación. El sueño de Padilla está en salir a hombros por la del
Príncipe y por la de Madrid. Madrid por la exigencia lógica, por ser la primera
plaza del mundo, porque sale otro tipo de toro, porque la afición es exigente,
porque la afición sabe que hay que hacer un esfuerzo y hay que dar la cara. Son
plazas con distintos conceptos, pero he tenido la suerte de cuajar toros en
cada una. En Las Ventas recuerdo uno de Samuel Flores, algo que me llena de
orgullo. Luchando y entrenando la conquistaremos
«, comenta para
CULTORO el ciclón jerezano.

Acaba
de recibir el premio a la mejor «Lección Torera» y sale de La
Maestranza con la moral por las nubes, sobre todo porque los alumnos de la
Escuela Taurina de Sevilla no han parado de escuchar sus palabras. «Como
todo torero venimos a Sevilla a entregar siempre nuestras armas, a demostrar
nuestras identidad, sobre todo por el respeto y el amor que le tenemos a La
Maestranza. Creo que es inmerecido este premio, pero no me cabe otra que
recogerlo con orgullo, también por las palabras que he tenido con los
aficionados. Ha sido una tarde fantástica
«, afirma Juan José. Una tarde tan emotiva, tan
entrañable, y con tanta responsabilidad como exige dar una conferencia es un
honor para Padilla.

El
invierno ha acabado pleno de grandes triunfos en América, y la guinda a todo
vino con un indulto en la plaza México. Además, hace tan sólo unos días se
desquitó la espinilla hispana gustando en el festival contra el cáncer de Jaén
antes de que Castellón, Valencia y Sevilla lo esperen. «Cuando uno se viste de
torero y afronta una nueva temporada, máxime como estamos sufriendo últimamente
en la Fiesta, tiene que tener por encima de todo la responsabilidad. Para mí es
una obligación moral y personal no defraudar al público. Además, gracias a Dios
estoy ocupando unos puestos soñados en el escalafón, algo que hay que defender
y eso debe estar a un nivel y a una altura como la afición y como mis
compañeros merecen. Me gustaría pasar por estas Ferias reivindicando que
Padilla se quiere superar y profundizar en su toreo».

Cada
día se ve a un Padilla más cuajado,
con más empeño en sonsacar lo más granado de la pureza conceptual que lleva
dentro. Sabe Juan José que gran parte de las miras de la tauromaquia están en
él. Y eso pesa. «Ahora me veo en esa obligación. Cuando
estaba en las corridas duras era una lucha constante, una batalla diaria. No
podía dejar de quitar el pie del acelerador porque te quitaban de una Feria.
Ahora igual, pero siempre intentando profundizar y disfrutar al máximo posible
de lo que Dios me ha regalado en esta nueva etapa de mi vida. Nunca jamás
podría soñar que empezaría temporada en Castellón con Manzanares y Morante. La
tuvimos en Olivenza el año de la reaparición y ahora las circunstancias ponen
de nuevo esta oportunidad. También las de estar en Sevilla, Valencia, Madrid
que estaré, …esto es para disfrutarlo y en mi etapa de mi vida siempre, al
cien por cien de facultades físicas y mentales para llegar a sorprender a los
públicos».

Ha
competido Padilla consigo mismo
temporada tras temporada, tarde tras tarde, y en esa lucha en este año con la
misma tónica: el mayor competidor es siempre el propio ciclón de Jerez. «Uno sabe
y conoce muchos defectos. Cuando somos toreros en algunos momentos te apetece
verte en un video que ya ha pasado, y en una faena buena, siempre ves defectos
y cosas que puedes corregir. Estamos para perfeccionar, para corregir, y poder
ofrecer a la afición las novedades. Así te sorprendes a ti mismo. Yo nunca había
soñado que llegaría a torear como hoy día estoy toreando por el pitón
izquierdo. Hay aficionados que le gustará más o menos, pero yo me siento
totalmente diferente tanto en colocación, en llevar a los toros tan largo, tan
dominados. Estoy notando ese cambio y es por lo que realmente me involucro,
lucho para seguir sorprendiéndome a mí mismo».

Recuerda
en este momento una gran faena al toro «Inglesito», en la Feria del
Caballo de Jerez de la Frontera hace varios años. Aquel bravo de Torrestrella mostró el toreo que Padilla llevaba dentro más allá de la
capacidad lidiadora que, hasta ese momento, el propio Juan había demostrado con
las corridas duras. «Aquel animal tuvo una transmisión tremenda. Tuve
la suerte de que después de la corrida viniera a visitarme don Álvaro Domecq, y
me dijeron que ese toro me podía haber desbordado completamente. Fue un toro de
bravura incansable, que había que llevarle las embestidas muy dominadas. De los
que son toros de vacas, pero no son toros para el torero. No te lo hacen pasar
cómodo en la plaza».

Su
humildad le hace grande. Sin buscarlo, durante dos años seguidos ha sido líder del
escalafón. Eso también pesa. «No lo he buscado ningún año. Me
ilusionaba mucho a partir del mes de agosto, en el que luchaba con mi compañero
Fandi, y que había una corrida por encimo o bajado. Todos los toreros han
tenido esa ilusión y ese sueño. Todos los han hecho. Lo he conseguido dos años
sin tener un planteamiento desde el principio. Han sido las circunstancias como
han venido. Esta temporada pienso disfrutarla, pienso seguir en el pulso de la
anterior, donde esté a gusto, donde me llamen y como creo que la vida me está
premiando, sin plantearme ningún futuro y viviendo el día a día».

DISEÑO FOTO PORTADA: JUAN IRANZO

FOTOGALERÍA: MARTA VERDUGO, tentadero de Juan José Padilla en la finca «El Grullo» (Núñez del Cuvillo)