FINAL JEREZ

Padilla vuelve a conquistar en casa


viernes 15 mayo, 2015

Importante tarde del jerezano que vuelve a conquistar a su plaza natal. Derroche de entrega y buen toreo fueron sus argumentos ante un lote dispar.

Importante tarde del jerezano que vuelve a conquistar a su plaza natal. Derroche de entrega y buen toreo fueron sus argumentos ante un lote dispar.

Importante tarde del jerezano que vuelve a conquistar a su plaza natal. Derroche de entrega y buen toreo fueron sus argumentos ante un lote dispar. Tres orejas y Puerta Grande por sus méritos y compromiso consigo mismo.
También debieron acompañarle sus compañeros de cartel pero el fallo con los aceros les privó de tal honor. Morante más impulsivo e inventor que nunca se inspiró ante el quinto en una faena muy personal. Manzanares, elegante siempre, mostró sus templadas muñecas y estilo particular.
Se lidió una buena corrida de Nuñez del Cuvillo que se dejó torear. Tuvo sus cosas, pero mucho más virtudes, como la humillación y la entrega.

Precioso saludo de Juan José a pies juntos. Lances a la verónica con sabor en un recibo
muy compuesto. Se le pegó lo justo en el caballo al pies juntos. Lances a la verónica con sabor en un recibo muy compuesto. Se le pegó lo justo en el caballo al «taco» de toro
que abrió plaza. El jabonero de envidiables hechuras, corto de manos, recogido,
estrecho de sienes, cuatralbo. Padilla se lució en un variado quite por
chicuelinas, tafalleras y revolera, composición muy bella y aplaudida por la
afición de Jerez. En banderillas formó un lío con tras pares distintos y de
gran ejecución y posteriormente brindó a los presentes su faena. Labor bien
planteada desde el principio hasta el final. Comenzó rodilla en tierra, muleta
en la diestra y carrusel ligado de gran transmisión. El Ciclón desarrolló un
torero bellísimo, templado y poniendo expresión a todos sus ligados muletazos.
Astado de comportamiento noble con fijeza en la muleta pero justo de fuerzas.
Un toro dócil con el que Padilla toreó a placer. Sus naturales de mano baja y
empujando al toro hacia delante fueron muy meritorios. Pulseó y nunca pegó un
tirón y siempre lo llevo metido. Estocada y oreja.

El segundo también bien hecho no permitió a Morante estirase a la verónica. Su blandear de manos y el molesto viento empañaron el saludo. Pero después de la monodosis de varas Morante se durmió a la verónica. Enorme quite con cuatro y una media de otros tiempos que cautivaron al coso jerezano.
El toro llegó con embestida deslucida al último tercio. Antes en banderillas cumplió sin más.
El sevillano comienza por el pitón izquierdo, de uno en uno, dosificando a su oponente. Imprimió belleza y temple pero pecó de demasiados en gachones al final de cada natural. Atacó con la muleta en la derecha acortando distancias y dejándola en la cara para ligar una serie de más transmisión y plasticidad. Después volvió a la zurda pero aquello no tomó vuelo. En definitiva, faena dispar con algunos momentos de mayor expresión pero sin alcanzar altas cotas. Todo ante un manejable pero irregular astado de Cuvillo, que sin ser malo tampoco rompió para adelante. Con los aceros irregular como en la faena. Leves palmas tras aviso.

Manzanares soltó las muñecas en un templado saludo. Fueron cinco verónicas, pero de ahí queda eso. Justo castigo en varas y pierde las manos un par de veces el del Grullo.
Sensacional la cuadrillas «Dream Team» de Manzanares con un gran tercio de todos. Saludaron Curro Javier y Luis Blázquez pero también debió hacerlo De la Rosa.
Josemari amasó una estética faena llena de ligazón y elegancia. Fiel a su concepto lo sobó desde el principio abriéndole el camino y llevando largo. El toro bravo se vino arriba en banderillas y sacó un buen fondo además de mucha duración. Mejor su embestida por el derecho por donde hubo mayor recorrido y algo más corto y mirón por el izquierdo. El de Alicante alcanzó pasajes bellísimos con un toreo muy encajado y ceñido. Todo con gran personalidad. Bajó un poco la intensidad a medida que avanzó la faena pero siempre mantuvo un notable nivel. Los cambios de manos de cartel de toros.
Oreja tras pinchazo hondo y descabello.

Tres largas cambiadas en el tercio precedieron a un ramillete de lances de manos bajas. Un puyacito sin pegar nada, casi sin sangrar. Así con temperamento se movió en banderillas y Padilla cuajó otro gran tercio. El ultimo para al violín saliendo desde el estribo -sentado- fue muy vibrante.
Brindó a Jerónimo Roldán. Faena meritoria ante un astado con teclas sobre todo por el derecho por donde se metió mucho y miró más. Juan José le plantó cara y tiró de oficio. Entrega unida a la compostura en la muleta resultó el compendio perfecto para el triunfo. Padilla se inventó algunos naturales de mano muy baja y profundos donde la muleta arrastró una cuarta. Por el derecho, los adornos y desplantes fueron sus recursos. Raza del Ciclón ante un atado que no puso las cosas fáciles pero humilló por ambos pitones.
Dos orejas. 

 

No se
le vio a gusto a José Antonio con el capote aunque lo intento. Sólo una con
sello personal. En varas se cumplimento el reglamento y punto. En banderillas
se movió pareciendo tener algo en la vista.
Morante comenzó más allá del tercio y se puso a torear de forma
exquisita. Muleta en la derecha e inventiva en su muñeca. Inspiración y toreo
distinto, con mucho temple, muchísimo en el toreo a diestras. Se lo pasó tan
cerca y lento, que se contaban los segundos como horas. A todo eso su
particular figura que hacia soñar el toreo de otros tiempos. Al natural la
zurda viajó con rumbo al infinito y exigiendo como un profesor a su colaborador
alumno. Morante macizo y genial dibujó
el toreo en colores recordando épocas del blanco y negro. Media y los seis desafortunados
descabellos cerraron la previsible Puerta Grande. Aún así, el resultado es lo
menos porque el torero se había masticado. Gran ovación tras aviso.

Poca cosa en los primeros tercios artísticamente. El susto llegó en banderillas cuando el bien hecho cierraplata volteo a De la Rosa antes de coger el olivo. Brindó a Mercedes Domecq, madre de Fermín Bohórquez. Bravo toro el sexto que acudía pronto al cite y con chispa. Astado que miraba a Josemarí entre muletazos tal vez porque veía mucho huevo. Manzanares le puso la muleta en la frente y abrió las distancias. Quizás le faltó humillar un punto más pero mucho tuvo carbón y transmisión. Lo demás regusto del alicantino por ambos pitones y mucha expresión en cada uno de sus templados muletazos. Quiso matar recibiendo y cobró media. Los descabellos le quitaron la oreja. Ovación.

 

FICHA
DEL FESTEJO

Plaza
de toros de Jerez de la Frontera. Segunda de la Feria del Caballo. Casi lleno.

Seis
toros de Núñez del Cuvillo,

Juan
José Padilla, oreja y dos orejas. 

Morante
de la Puebla, palmas y ovación.

José María
Manzanares, oreja y ovación.