MADRID

La imagen de cómo quedó el pecho de Paco Ureña tras la cogida por el toro de banderillas negras


sábado 7 octubre, 2023

La imagen de la chaquetilla y la camisa de Paco Ureña completamente destrozadas da fe de lo tremenda de la cogida sufrida por el quinto astado de Toros de Cortés este viernes en Las Ventas.

Paco Ureña
Estado en el que quedó la chaquetilla de Paco Ureña. © Plaza 1

Una imagen vale más que mil palabras. Y para muestra, la siguiente, tomada por Alfredo Arévalo, fotógrafo de la empresa Plaza 1, tras la corrida de este viernes en Las Ventas. Paco Ureña abandonaba la plaza con la chaquetilla y la camisa completamente destrozadas después de que el quinto toro del festejo, con el hierro de Toros de Cortés, lo prendiese por el pecho al intentar estoquearlo. Recordamos que ese animal fue condenado por el palco a banderillas negras debido a su negativa a entrar en el caballo en el tercio de varas.

Ya antes, el toro había intentado prender al banderillero Curro Vivas, que tuvo que tirarse de cabeza al callejón para evitar ser herido por el animal, que le hizo hilo hasta las mismas tablas. Así lo narró el director del medio, Marco A. Hierro, en la crónica del festejo:

Una verdad que también tenía que derrochar Paco Ureña con el siguiente, un toraco por todas partes que no sólo se desentendía de pencos y telas, sino que huía, buscando la zona donde no hubiera nadie. La vergüenza que debieron pasar los ganaderos -conociéndolos- cuando el enorme burraco fue condenado a banderillas negras. Y ya al ponerlas casi le echa mano a Curro Vivas, apretando hacia las tablas. Lo había visto, Ureña. Sabía cuál era su condición. Pero también sentía que en su plaza, la que se lo ha dado todo, no se escatima un esfuerzo o se va uno para casa. Y, como no tiene intención de irese, se sacó al toro a los medios y allí, donde pesan más los toros y ayudan menos las querencias, le dio trapo exponiendo muslo, barriga, pecho y hasta cara. Colocado siempre, comprometido siempre, como si fuera bueno el funo, al que no le quedaron más redaños que embestir a la muleta del murciano, que en ese momento citaba sin cuerpo.