JAVIER FERNÁNDEZ-CABALLERO
El pasado domingo un hombre se jugó la vida
al natural en la primera plaza de Andalucía para cortarle dos orejas a la corrida
de Miura y dejar prendida a toda La Maestranza con su toreo. Pepe Moral estuvo
a punto de abrir la Puerta del Príncipe, algo que solamente evitaron una
estocada baja y una presidencia que no quiso conceder la segunda oreja del
quinto ante la petición unánime de los tendidos. CULTORO ha entrevistado en
profundidad al diestro palaciego tras el éxito.
Enhorabuena, Pepe. ¿Cuáles han sido las
sensaciones posteriores y cómo has vivido el después de ese triunfo
importantísimo en la Maestranza?
Muchísimas
gracias. Estoy contento. Era para mí una tarde muy importante y el aficionado
vio lo que yo llevaba dentro. Pude torear muy despacio y sentirme muy torero.
Fue una pena que el palco no supiera valorarlo, incluso di dos vueltas al ruedo
y dejé una tarde muy completa en conjunto creo. Si hubiera salido por la del
Príncipe hubiera sido un triunfo mucho mayor. Me quedo con cómo me sentí y con
cómo rugió la plaza de Sevilla con mi toreo.
Hablábamos antes de esa miurada contigo del
gran momento personal que atraviesas: vas a ser padre y, además, estabas
anunciado en la feria de tu tierra. Estarás feliz después de lo sucedido…
Sí, la
verdad que este año estaban saliendo cosas buenas. Voy a ser padre y estar en
Sevilla era un privilegio, porque muchos compañeros no pueden estar anunciados.
Era un gozo estar anunciado con la de Miura. Me siento feliz, me siento bien y
cuando un torero está feliz se transmite en la plaza.
¿Cuáles fueron las intensidades de la tarde
desde que saliste del hotel hasta que llegaste de nuevo a la habitación?
Siempre
intento vivir las tardes desde por la mañana. Estaba tranquilo porque tenía
dentro algo que me daba sosiego. Lo único que pensaba era en hacer lo que más
me gusta, que es intentar hacer el toreo. La tarde me la tomé con tranquilidad.
EL día antes vi a Antonio Ferrera y pensé muchas cosas de las que hizo él, torear
al toro andándole con mucha torería y me fijé mucho en ello. Una anécdota que
tengo es que estaba toreando al segundo toro por la mano izquierda y antes de
pegarle el muletazo ya lo veía venir, me decía a mí mismo que me creyera que me
estaba embistiendo genial por el izquierdo. Fue una tarde bonita, estuve toda la
tarde pendiente de todo, activo en los quites con variedad y la gente me lo
agradeció.
Ese toreo al natural caló en Sevilla. Quizá esa
espada que no tuvo la colocación perfecta, pero la realidad es que la plaza pidió
unánimemente una segunda oreja que la presidencia no concedió.
La
faena fue de menos a más. Cuando cogí la izquierda la plaza se volcó. Es cierto
que la espada estaba un poco caída, pero también es verdad que cuando la gente
se vuelca tanto por una persona que piense lo contrario se tiene que ceder un
poco. Di dos vueltas al ruedo, la plaza se puso en pie…
Es inevitable después de todo lo ocurrido no
acordarse de una persona que estuvo tanto tiempo a tu lado y que tuvo su cénit
en ese Corpus de 2014 en el que saliste relanzado: el maestro Manolo Cortés.
Manolo
para mí ha sido muy importante. Lo tuve muy presente. Me ha enseñado casi todo
lo que sé del toreo. He estado muchísimos años a su lado, muchos años
aprendiendo y ha estado desde arriba echándome una mano. Ha sido un torero de
mucha categoría y una persona inigualable. Estoy orgulloso de tenerlo a mi lado
durante tanto tiempo.
Domingo de oro para tu apoderado actual,
Enrique Peña, también mentor de Ángel Jiménez, que cortó una oreja en Madrid.
Cuando
nos metimos en la furgoneta le pregunté, y me dijo que había cortado una oreja.
La verdad que fue un domingo importante para él.
Ahora te toca esperar a que salte la liebre.
Como siempre.
Entrenando, mentalizándome y mejorando en el toreo, en lo que quiero
perfeccionar y ojalá y se me ponga fácil el camino para Enrique, mi apoderado,
y para mí. Creo que puede ser un año bonito.
¿Tenéis alguna fecha en Francia ya, no?
Mato
otra de Miura en Francia, en Céret, y dos corridas de toros apalabradas que estaban
esperando a lo de Sevilla. Esperemos que a partir de ahora se puedan abrir
muchas más puertas de muchas más plazas.
Unos las firman y otros las torean. Dios
quiera que no le pase nada a ningún compañero y que el maratón del toreo salga
bien, pero ahí está Moral por si las moscas…
San Isidro
es una feria donde quería estar, pero finalmente no ha sido posible. Estaría
encantado de volver a mi plaza que es Madrid.
FOTOGALERÍA: ARJONA