Miguel Ángel Perera se ha mostrado abatido, este 15 de mayo, tras lo sucedido con el cuarto toro de El Parralejo en Las Ventas, un serio animal que fue bravo y enclasado y que le respondió en las telas; con él consiguió una obra poderosa, de máxima conexión, que tuvo a la plaza entregada de verdad… pero lamentablemente pinchó al animal y se esfumó la posibilidad de premio. «Es muy difícil llegar a este punto de conexión en la plaza, estar realmente a gusto con él… y después pincharlo. Hay que seguir andando el camino», señalaba al micrófono de OneToro.
Antes, tras lidiar esta tarde al primero de su lote, dijo 1ue «por el lado derecho, con la muleta montada, no ha molestado mucho el viento, pero ha faltado toro. Tenía buena condición pero le ha faltado la transmisión y la chispa para poder ligar los muletazos. He podido estar muy centrado y muy asentado con el toro».
Así narraba Javier Espada en su avance del festejo cómo fue el animal: «Molestó y mucho el viento en el saludo capotero de Miguel Ángel Perera al cuarto, que llegó parado un tercio de banderillas en el que Javier Ambel pareó con mucha eficacia para recibir una gran ovación. Abrió el de la Puebla de Prior por el pitón derecho, proponiendo gobierno y mando a un animal que comenzó a mostrar sus virtudes: codicia, calidad y mucha bravura. Embistió haciendo el avión el buen animal de El Parralejo en las primeras series por el pitón derecho, en las que hubo ligazón y profundidad. Cambió al izquierdo y por allí dejó naturales poderosos, templados y de mano baja, aunque el animal se fue viniendo a menos y Perera no dudó en buscar el estoque sin proponer al animal de nuevo por el derecho. Cerró con unas bernadinas ajustadas de verdad y se olvidó de coronar su obra con la espada».
En cuanto al segundo de la tarde, primero del lote de Miguel Ángel Perera, esto fue lo que ocurrió: «Frío de salida fue también el segundo, que no se definió en el saludo capotero de Miguel Ángel Perera. No se entregó en un tercio de varas en el que no se le castigó demasiado. La lidia y el tercio de banderillas fue una auténtica demostración de capacidad y buen hacer por parte de la cuadrilla del extremeño. La brega perfecta de Javier Ambel se unió a los dos pares comprometidos de Curro Javier, que se jugó el tipo con un animal que esperó una barbaridad y se llevó una justa ovación. Tras la devolución de trastos, arreció el viento en la muleta de Perera, que eligió los terrenos en los que menos molestaba Eolo. Intentó acoplarse el torero con el animal en las primeras tandas por el derecho, aunque el viento y la escasa transmisión del parado animal hacían de la tarea una misión difícil. Intentó quedarse Perera en el sitio y proponerle uno a uno a un animal que pasaba sin decir nada y que tenía muy poco recorrido. Le robó dos naturales de mérito, cuando le puso la muleta en el hocico y tiró de él muy despacio. Alargó demasiado el trasteo y se lo recriminó Madrid. Cobró media estocada y acabó con el animal a golpe de verduguillo».