La vuelta de Emilio de Justo a los ruedos tras su grave lesión producida el pasado 10 de abril en Las Ventas ha traído consigo varias noticias paralelas más allá de su reaparición. Este domingo, el extremeño agradeció mediante forma de brindis toda la ayuda que le ha brindado Enrique Ponce durante este tiempo de preparación para su vuelta a Almería.
El valenciano ha sido un pilar fundamental en estos meses en los que Emilio ha estado fuera de los ruedos. Cetrina, la finca de Ponce, ha sido un lugar donde ambos han toreado juntos, De Justo se ha exprimido en la finca jiennense para llegar en óptimas condiciones a su cita del pasado 21 de agosto con la afición almeriense.
La amistad que les une no viene de estas últimas fechas, sino de un tiempo atrás en el que incluso llegaron a compartir muchas tardes juntos. Durante el doloroso 2020, tanto Enrique como Emilio se echaron el petate de la fiesta a la espalda, toreando juntos en varias ocasiones. Con un total de 22 y 9 festejos, respectivamente, cerraron 2020 ambos espadas.
Plazas como Plasencia, Fuengirola, Priego de Córdoba o Nimes vieron a ambos hacer el paseíllo en un año difícil para el toreo. Allí estrecharon lazos y forjaron esa amistad que hoy les sigue uniendo. Emilio se ha dejado asesorar por el valenciano, un espada que ha estado como máxima figura durante más de 25 años y que, sin duda, le ha ayudado a evolucionar como torero.
Enrique Ponce ha sido de esos toreros que siempre ha apostado por sacar a la tauromaquia de ese encorsetamiento que tan mal le hace. El de Chiva ha sido siempre un espada que ha apostado por la diversidad de encastes, así como por la apertura de unos carteles que hicieran que el aire fresco entrara de lleno en el escalafón. Toreros como el añorado Iván Fandiño o Emilio de Justo han conocido la ayuda que en su momento les brindó el torero valenciano.