El pasado jueves, la asociación ‘El Toro de Madrid’ tuvo como invitado a Enrique Ponce, diestro valenciano que vuelve a los ruedos el próximo mes de mayo en una temporada donde estará anunciado en cosos como Madrid o Valencia, esta última el 9 de octubre en la tarde de su adiós. El diestro de Chiva tocó diferentes temas relacionados con una carrera que le ha llevado a ser máxima figura del toreo prácticamente desde el año que tomó la alternativa.
La presencia de Enrique Ponce en el restaurante Puerta Grande de la capital española provocó una masiva presencia de aficionados que querían conocer de primera mano las impresiones de uno de los toreros más importantes de los últimos 30 años. Una de esas tenía que ver con su faceta de ganadero, algo que le llevó a crear su propia vacada pese a los rumores que le colocaban en la compra de uno de los hierros más relevantes de la cabaña brava.
«¿A mediados de los años 90 usted tuvo tentativa o intención de comprar la ganadería Pablo Romero?«, le cuestionaba un aficionado al diestro valenciano. «Bueno me hablaron, sí, pero no tenía dinero para comprarla«, contestó entre risas un Enrique Ponce que acabaría formando su propia ganadería en 1993 tras comprar la vacada de los herederos de D. Luis Villalobos Loza, variando el hierro y eliminando el ganado procedente de Martín Berrocal, herederos de Carlos Núñez y Marqués de Domecq.
Tras esa limpia de ganado formaría su nueva divisa al adquirir sementales de Las Ramblas y sendos lotes de hembras provenientes de Toros de El Torero y Hnos. Sampedro. Una ganadería que asentó en las cercanías de la localidad jiennense de Navas de San Juan, concretamente en la finca ‘Cetrina’, una explotación agrícola y ganadera de 900 hectáreas, de las cuales, 400 hectáreas están destinadas a olivar, lugar donde crecen en torno a 53.000 árboles.
Juan Pedro Domecq también le ofrecieron comprar la ganadería de Pablo Romero
Pero Enrique Ponce no fue al único al que le ofrecieron la compra de esta legendaria ganadería. Hace unas semanas también se le preguntó sobre esta tema a Juan Pedro Domecq, ganadero afincado en el término municipal de El Castillo de Las Guardas, lugar donde se encuentra la finca Lo Álvaro. «Sí, lo intentamos. Me acuerdo que José Luis de Pablo Romero dijo “espero que Juan Pedro no se quede con ella porque si no seguro que triunfa”. A mí es quizás la ganaría morfológicamente que más me gusta, me parece una belleza«, señaló.
Finalmente, no se pudo cerrar la venta, comentaba el propio Juan Pedro: “Mi padre tenía un proyecto en la cabeza, no salió y… no salió”. Tras esa frustrada negociación D. Jaime de Pablo-Romero y Cámara acabaría vendiendo la vacada a la sociedad Partido de Resina, S.L., conservando la misma finca todo el ganado, hierro, antigüedad, señal y divisa. Tras más de 25 años en las mismas manos, la divisa sevillana sigue luchando por estar presente en las plazas más importantes de España y Francia.
