Dentro de los hitos de la más que centenaria plaza de Pontevedra está un brindis que refleja su importancia en la historia social, más allá de la taurina.
En el año 99 El Juli debutó en La Peregrina y lo hizo con una brutal expectación. Al año siguiente de su alternativa el madrileño arrasaba en todas y cada una de las plazas en las que actuaba convirtiéndose en un fenómeno social que nadie se quería perder.
Entre los que no querían perderse aquello estuvo un mito del séptimo arte, Anthony Quinn, inolvidable protagonista de películas como Zorba el griego, Los Cañones de Navarone y otros títulos que son eternos.
El respeto del joven matador a la leyenda fue agradecido por un público en pie que recuerda la presencia del mito en sus tendidos y la inmensa repercusión de la presencia del genial actor disfrutando el toreo.
El paseíllo de Sánchez Mejías, el duelo Belmonte Gallito que Talavera se llevó, el debut de un niño llamado Espartaco… Momentos en la historia que muestran cómo Pontevedra es parte fundamental en la tauromaquia y en la vida social.