En tierras de Vejer de la Frontera, en la provincia de Cádiz, se encuentra la mítica finca de Jandilla junto a su vecina de El Horcajo. A escasos kilómetros de Benalup y Casas Viejas, una amalgama de hierros y fincas legendarias se abren paso junto a esta de Toros de Lagunajanda. A casi una hora y media de Sevilla se encuentra el hierro que comanda María Domecq, ese que heredara de su padre Salvador Domecq.
La vida en el campo bravo es dura, compleja y una gran desconocida para gran parte de la población. Correr los toros no es algo sencillo, sino que hay que tener unas instalaciones perfectamente adaptadas, unos caballos valientes y bien domados, así como unos caballistas avezados en estas lides. Pero aun teniendo todo eso ocurren situaciones que provocan sustos, más o menos grandes, que te ayudan a no relajarte cuando hay un animal bravo cerca.
Andaba Diego, mayoral de la divisa gaditana, junto a varios vaqueros corriendo a los toros de saca por el corredero cuando el grupo de animales perdió la inercia que llevaba en la carrera y se paró en una de las zonas de dicho corredero. Aquí es cuando más sangre fría tienes que tener. Dentro de la manada de imponentes toros siempre hay alguno de los que hay que cuidarse, de los que no puedes perderle la cara. En esa ocasión uno de los toros plantó cara desafiando al mayoral, teniendo este que usar el porro para bajarle los humos y volver a arrearlos para seguir con el ejercicio.
¿Qué es el «porro»?
Pero ¿y qué es el porro? Se trata de una de las armas de defensa que tienen los hombres de campo por si se arranca un animal a campo abierto. Según cuenta el propio mayoral en el reportaje de Toros para Todos, «es una rama de acebuche que se saca de debajo de la tierra, de una vareta que sale derecha se le saca la porreta cortándose para que la base quede como un puño«.
Por tanto, este es el arma secreta que tiene en esta ganadería para defenderse de los animales en situaciones complicadas cuando un determinado astado se engalla y no quiere hacer caso a las órdenes del mayoral. La fecha ideal para sacar esta rama de acebuche es el mes de enero; en esa época la madera no se abre y evita que se parta cuando caiga al suelo. Esta vareta de acebuche tiene un proceso que en esta casa saben hacer a la perfección, algo que vimos en el reportaje emitido en el programa Toros para Todos.