Al sardo cuarto, que era un pavo con El Hierro de Sobral, se fue a saludarlo Pepe Moral a la puerta de chiqueros, pero se quedó debajo del trapo en la larga cambiada de rodillas, y solo un milagro libró al sevillano de la cornada. Después se quiso ir el animal hasta que llegó al caballo recto y apretando con las manos en el primer encuentro, más largo y más derecho la segunda vez, pero a cabezazos. Tampoco tuvo temple ni franqueza en el quite que intentó Miguel de Pablo a la verónica. Brindó a Moisés Fraile, ganadero de El Pilar, y se fue a ganarle el paso con doblones genuflexos a un animal que demandaba tiempo y largura. Se la dio Pepe, pero acudía con el freno echado y lo iba accionando cada vez más mientras echaba las miradas a la taleguilla en lugar de al trapo rojo, reponiendo después y demostrando que recordaba lo que dejaba detrás. Apostaba Moral por la colocación y la verdad cuando le devolvía el animal zarpazos que no pasaban del embroque y parones en el pecho que amenazaban hule. El corazón en un puño tuvo el tendido de Madrid mientras se echaba la muleta a la zurda, pero ahí ya le firmó el armisticio el de Sobral a un torero que ganó la pelea de principio a fin. Una estocada desprendida se quitó de en medio al sardo tras un aviso.
VÍDEO
La portagayola de Pepe Moral al cuarto de Sobral en Las Ventas y un milagro del cielo
domingo 8 septiembre, 2024
Al sardo cuarto, que era un pavo con El Hierro de Sobral, se fue a saludarlo Pepe Moral a la puerta de chiqueros, pero se quedó debajo del trapo en la larga cambiada de rodillas, y solo un milagro libró al sevillano de la cornada.