La pandemia trajo consigo, además de falta de festejos, una drástica reducción de vacas y machos en muchas ganaderías de bravo, algo que lleva afectando de forma puntual estos años a un sector que sabe de la carestía de animales para 2024. Por todo ello, tanto los veedores como los empresarios han madrugado de cara a la compra de animales para sus plazas. Algo que también están haciendo las comisiones, peñas y ayuntamientos de cara a sus festejos populares.
Durante los años de pandemia los festejos bajaron, y por consiguiente el precio de un animal al que si se le quería dar salida tenía que ser por un precio menor. Pero eso ha ido cambiando hasta llegar a un punto en el que la tortilla se ha dado la vuelta. La carestía de toros respecto al volumen de festejos ofertados hacía que el precio del toro subiera como la espuma, primero, para adaptarse a los costes reales de los mismos, y segundo a gran demanda que había.
A mayor demanda el precio del animal sube, algo lógico y normal, por otra parte. Actualmente, con la subida de las materias primas, el animal debería subir de valor y no depreciarse, algo que se debe respetar por aquellos que organizan festejos taurinos. El coste de criar a un toro en este momento ha podido subir entre 1000-1500 €; es decir, en torno a un 20%, de ahí que si un toro costaba criarlo unos 5000 €, en 2024 debe subir hasta los 6500 €, por lo que todo lo que no sea venderlo por ese precio sería depreciar su valor, precio que muchas veces únicamente se alcanza para su venta a las calles.
Y según una información publicada por Vicente Luis Agudo en Las Provincias, “en 2018 se vivió una circunstancia muy similar a la vista con aquel célebre astado de Partido de Resina… Un empresario quería que en su pueblo se exhibiera un Victorino. Dicho y hecho. Tras las gestiones pertinentes y el pago de 18.000 euros, el imponente animal cacereño recorrió unas calles atestadas de aficionados”, señalaba el citado periodista.
Sin duda alguna, éste fue uno de los eventos taurinos de la temporada, ya que volvía a unir al hierro cacereño de Victorino Martín con la localidad castellonense.
Burriana, un pueblo también unido a la historia de Victorino
Hay que recordar que Burriana fue la primera localidad de la Comunidad Valenciana donde se soltó un toro del legendario hierro de la A Coronada. Fue un ejemplar que se acercó a los 20.000 € pagados por Nubarrón de Partido de Resina, superando ampliamente los 8.000 € que obtuvo la familia Miura por un toro de la casa.
Dos toros que alcanzaron precios históricos, dos hierros de primera línea que también tienen un gran mercado en las calles. Pero no son las únicas divisas que gozan de ese gran cartel, otras como Gerardo Ortega o Domínguez Camacho también son muy valoradas por los aficionados al festejo popular. Divisas que gracias al trapío y el juego de sus toros han conseguido abriese un hueco en un sector donde se han ganado el respeto del aficionado.