Son muchos los aficionados que se han extrañado este año al no ver al ‘Alcalde de Sol’ entregar el pañuelo rojo de San Fermín a todo aquel que daba la vuelta al ruedo tras un triunfo en el ruedo de Pamplona este año. Es una función que venía ejerciendo desde los años sesenta Damián Sánchez Martínez, un murciano afincado en Barcelona que cada año recorría los kilómetros que separaban la ciudad Condal de Pamplona para asistir a todos y cada uno de los festejos que se celebraban durante San Fermín.
Vestido con un elegante chaqué, pantalones cortos, chistera y una banda roja cruzada en el pecho, este murciano le daba un sentido especial al paso de los distintos actuantes en el festejo junto a la puerta de toriles. Durante todos estos años, únicamente la suspensión de los Sanfermines por la pandemia han impedido acudir a su cita con la Feria del Toro de la capital navarra.
🐂 En #SanFermín23 se hizo un homenaje muy especial
— OneToroTV (@OneToroTV) June 23, 2024
☀️ A Damián Sánchez, Alcalde de Sol, que se despedía de su cargo
👏 Sin duda, una figura carismática de la Plaza de Toros de Pamplona
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Según podemos leer en Diario de Navarra, «la idea de ir a Pamplona para conocer los Sanfermines la tuvo en 1965 en Nueva York, donde la Tuna Universitaria de Barcelona, de la que formaba parte, estuvo cuatro meses para actuar en la Feria Mundial que se celebraba ese año. Una aventura que comenzó allá por 1966. En 1971, Damián, al enterarse de que a algún representante del Ayuntamiento de Pamplona no le parecía bien vestir de chaqué en actos oficiales, se inventó el personaje del ‘Alcalde de Sol’. Ese mismo año se presentó en la plaza de toros con su atuendo de gala, “sobornó” al torilero con un puro y puso su primer pañuelo a un torero«.
Un aficionado al mundo del toro que también hizo sus pinitos durante más de 30 años en los encierros que se llevan a cabo del 7 al 14 de julio. Damián es querido por una ciudad que ya siente como uno más de a misma, ese que también ha sentido el respeto y la gratitud de todos y cada uno de los toreros a los que conoció tanto en la plaza como fuera de ella. El 14 de julio del pasado año puso punto y final a una larga trayectoria, a sus 83 años de edad se jubilaba como ‘Alcalde de Sol’, eso sí, seguirá acudiendo cada tarde a los toros junto a los miembros de la peña a la que pertenece.
Sin nadie que tome el testigo de Damián, ahora son los propios miembros de la cuadrilla los encargados de colocar el “pañuelico” rojo que algún aficionado tira al ruedo desde los tendidos de sol. Con este adiós, Pamplona es menos Pamplona, una plaza que ha perdido una de las señas de identidad de su corrida sin que nadie le ponga remedio. Es inevitable echar la mirada atrás recordando que durante muchos años hubo un hombre que representó en el ruedo a toda esa algarabía que cada tarde de toros le da color y ambiente a una plaza de gran personalidad.