Ya se venía barruntando por redes sociales que la novillada que tenía preparada en el campo Rafael Basterra para Madrid era una auténtica “tía”, como se dice en el argot taurino. Nada más llegar a la plaza empezaron a publicarse fotografías de una serie de novillos que confirmaban aquello que ya se había leído en redes sociales: entre el sábado y el domingo fueron cientos los aficionados y profesionales del mundo del toro los que dieron su opinión sobre lo adecuado o no de llevar utreros de tal presencia a un festejo con tres novilleros tan poco rodados.
Algunos se posicionaban en contra de la presentación de una novillada tan seria, mientras que otra corriente hablaba de prueba de fuego para tres novilleros que tenían que conocer la dureza de la primera plaza del mundo. Un cruce de mensajes que acabaría dejando a un lado las pavorosas astas de algunos de ellos para enfocar todo en las puntas de los pitones y la integridad de los animales. Un tema muy delicado pero que tiene que ponerse sobre la mesa para así evitar la sospecha de la manipulación de las astas de los animales, algo que, por otro lado, está prohibido según consta en el reglamento taurino.
Este no era el caso de los animales presentados por la vacada salmantina, unos utreros que levantaron el asombro y miedo a partes iguales nada más ser desembarcados. A propósito de los novillos lidiados el pasado domingo habló su ganadero tras la publicación de un tweed en X donde se cuestionaba la integridad de la novillada presentada por la vacada de Paloma Sánchez-Rico de Terrones.
Quería comentar después de ver esta foto y el comentario.
Esa foto es en primavera.
Y quería comentar ante todo.
En Terrones no se tocan los pitones jamás. No llevan fundas los animales nunca.
El ganado viene tal y como llegó al mundo.
Aquí, no hay arreglos.
Solo está la verdad https://t.co/nd7sG0YCkG— Rafael de Basterra (@RafadeBasterra) August 11, 2024
“Quería comentar después de ver esta foto y el comentario. Esa foto es en primavera. Y quería comentar ante todo. En Terrones no se tocan los pitones jamás. No llevan fundas los animales nunca. El ganado viene tal y como llegó al mundo. Aquí, no hay arreglos. Solo está la verdad”, señalaba en su cuenta de X Rafael de Basterra.
Dicha contestación venía a raíz de la puesta en duda de un aficionado sobre las puntas de los animales lidiados en Madrid el 11 de agosto, comparando estos con los publicados meses atrás en un reportaje de la camada. “Y encima antes la novillada está pelín arreglada… imagínate si te los traen como lo parieron”, fue el texto que provocó la contestación de un Rafael Basterra que no dudó en defender la integridad de su novillada.
Tras la respuesta del ganadero fueron muchos los aficionados que le dieron la enhorabuena por la presentación de la novillada más seria de lo que llevamos de temporada en el coso venteño y que servía para que el hierro salmantino tomara antigüedad en Las Ventas. Una novillada desigual de presencia y hechuras y que pecó de falta de raza como bien explicó nuestro compañero David Jaramillo: «Obediente un primero al que le costó humillar; Deslucido pero también obediente el segundo; De deslucido comportamiento el tercero; Inválido un cuarto que no debió lidiarse; Manso y deslucido el que hizo quinto; Manso y parado el imposible sexto».