El torero madrileño Rafael de Julia, que hoy regresaba a Las Ventas, saludó en la puerta de chiqueros al primer astado de Concha y Sierra. Así fue el impactante instante y así lo contamos:
El abreplaza, que llevaba el hierro de Concha y Sierra, espectacular de estampa y desinteresado en la figura de Rafael de Julia, que lo esperaba de rodillas a la puerta de chiqueros para pegarle una larga cambiada muy limpia. Fue mejor el recibo a la verónica, esperando mucho la llegada dormilona que quería emplearse hasta el embroque y salía con las manos por delante porque no aguantaba de fuerza la exigencia continuada de los lances encajadísimos de un espléndido Rafael de Julia con la capa. Se llevó el toro un puyazo protestado al relance y lo pusieron luego largo para que se desentendiera. Tuvieron que forzarlo para que se arrancase de cara al concurso y tomase un puyazo llegando abajo. Despacio lo toreó Ángel Sánchez en un quite de dos verónicas y media sin mover los pies del suelo. Se le arrancó el animal cuando iba a brindar al público el madrileño y lo fue sacando del tercio por trincheras hasta llevarlo a los medios, aprovechando la clase que demostraba el animal en la embestida por abajo. La mantuvo en una serie diestra en la media distancia, sin apretar Rafael, percibiendo que aquello iba a durar un suspiro. Y así fue. Pero se empeñó De Julia en cuajarlo al natural y lo logró, al menos en parte, en una serie muy obligada, muy bien colocado siempre, tocando con presión de reloj suizo para traer muy embarcada una embestida que solo llegaba hasta el embroque, pero con la expresión al máximo calando mucho en el tendido, que comprendió siempre al madrileño. Una estocada caída dio al traste, sin embargo, a lo que iba para premio.
Por su parte, así fue la portagayola a su segundo, de Castillejo de Huebra: