Rafael González salió a hombros el pasado jueves en la Real Maestranza de Caballería de Sevilla. Llevaba cortando orejas sueltas en Madrid, pero llegó la Puerta Grande hasta Sevilla. Era la última novillada picada de la primavera y el madrileño Rafael González lograba calar en el Arenal.
Enhorabuena.
Gracias.
No es fácil cortar dos orejas en Sevilla expresando tu propio concepto.
No es fácil, pero cuando te esfuerzas y te salen así las cosas, te llena mucho. Estoy muy feliz por esa tarde de Sevilla.
¿Cómo viviste la noche de principio a fin?
Viví la preparación con muchísima ilusión, con muchas ganas y tenía muchas ganas de pisar esa plaza. Solamente había visto esa plaza por fuera, pero no había entrado a ella. La viví con una ilusión tremenda. Hacer ese paseíllo fue muy emocionante.
Es grande hacerse una promesa, cumplirla y de esa forma.
Así es, cumplirla de esa manera, calando en la afición sevillana. La promesa ha salido muy bien, mejor de lo que pensaba.
Sin duda, un aperitivo importantísimo para este jueves en Madrid, donde llevas varias orejas cortadas y la Puerta Grande rozándola en varias ocasiones.
No sé si será la Puerta Grande o no, pero lo que sí sé es que voy a ir a disfrutar de la novillada y de la noche. Además de torear en Madrid, torearé los novillos de uno de mis ídolos, El Juli.