CAMPO BRAVO

Una vaca de Monteviejo recién parida ‘no perdona’


jueves 4 enero, 2024

La realizada en Monteviejo fue faena cargada de riesgo por el comportamiento altivo de esta vaca del hierro cacereño.

Montevieja
La vaca de Monteviejo y Miriam Martín en dos momentos del vídeo. © YouTube

Cucaña de Arriba es uno de los parajes donde la familia Martín tiene a las vacas del hierro de Monteviejo, un encaste en peligro de extinción que se preserva en estos pagos cacereños. Aquí todos los días hay que revisar al hato de vacas para controlar las pariciones, una labor nada fácil al tratarse de animales de sangre caliente. El vaquero se acerca al hato de hembras con mucho sigilo para llevarlas a la parte más baja de la finca donde están los corrales.

Una vez en los corrales se intenta separar a las madres de sus becerros, una labor nada sencilla al estar tremendamente inquietos debido a la reducción de los espacios. Una de las vacas no deja salir de la tronera al vaquero, quedándose esta a pocos metros y desafiándole con la mirada. Los bueyes entran en acción para calmar así a una hembra que no se fía ya de nadie. Poco a poco se consigue el objetivo, ese que no es otro que el separar a la madre de su becerro.

Faena intensa y muchas veces cargada de tensión por la reacción de los animales. Una faena que suele hacerse varias veces al año con los saneamientos, pero que algunas no acaban de asimilar al tener becerros pequeños a su resguardo. Vacas que ya han parido varias veces y que son conscientes del aquello que les espera si se separan de sus hijos, de ahí que el vaquero tenga que medir las distancias al estar todavía muy cabreada. Pese a haber logrado separar a vaca y becerro, todavía las aguas no han llegado a su cauce.

Este es un tipo de animal vivo, fino de cabos, de mirada penetrante y un comportamiento muchas veces altivo en el campo. Es además un animal que suele ser muy astifino y con las defensas muy desarrolladas, un tipo de astado con el que hay que medir siempre las distancias y al que no hay que perderle nunca la cara, de lo contrario el percance está casi asegurado. Pese a ser dos encastes distintos, los animales de Victorino Martín y Monteviejo comparten ciertos caracteres, siendo ambos animales muy altivos, de sangre caliente y muy certeros.

Tras realizar esta faena, los animales volvieron a la libertad del campo para seguir disfrutando del amplio cercado que su ganadero preparó para ellos, una zona marcada por el verde del invierno gracias a las lluvias caídas durante estos meses. En un futuro se tendrá que repetir dicha labor, volviendo a tener el vaquero el mismo problema que se le presentó en esta ocasión. Pero si algo está claro es que de haber dejado que la vaca se saliese con la suya hubiese sido imposible volver a realizar esta labor en un futuro, de ahí que se tenga que hacer sí o sí, para dejar claro quién manda en el cercado.