Por fin será una realidad el regreso de las corridas de toros a Gijón, una vez rubicado el acuerdo entre las dos formaciones de centro dereha que conforman la mayoría votada en Gijón el pasado 28 de mayo, acuerdo que apea de la Alcaldía al PSOE y a su hasta ahora alcaldesa, que decidió prohibir que se dieran festejos taurinos en la centenaria plaza de El Bibio.
El documento firmado ahora por Foro y PP, las dos formaciones políticas que formarán gobierno en el Consistorio gijonés, alude a los toros y a la tradicional feria de Begoña en el punto 7 de su redacción, en el que se expone que los socios de Gobierno «se comprometen a posibilitar la celebración de la Feria Taurina de Begoña en agosto de 2023, garantizando la seguridad de la plaza de toros de El Bibio, así como restituir su potencial cultural como sede de conciertos, festivales y actividades del mismo tipo».
De esta forma, las dos formaciones que gobernarán los próximos cuatro años en la ciudad asturiana devuelven a la normalidad la celebración de una actividad cultural cercenada única y exclusivamente por el despotismo de la hasta ahora alcaldesa, Ana González, quien tomó la decisión de manera unilateral escudándose en que «el riesgo de hundimientos puede provocar situaciones de pánico», informe no avalado ni hecho público ante las exigencias de entidades superiores.
Circuitos Taurinos, con la feria avanzada
En cualquier caso, la empresa adjudicataria hasta ahora de la plaza de El Bibio, Circuitos Taurinos, ya ha empezado a moverse con las que serán nuevas autoridades municipales para tener el trabajo avanzado. Cultoro ha podido saber que Carlos Zúñiga, responsable de la empresa que lleva al frente de El Bibio los últimos 20 años, ya trabaja en los carteles a la espera de que el equipo de Ggobierno le marque las directrices legales a seguir para hacer realidad la vuelta de los toros a Gijón.
La noticia silencia, además, las voces críticas que expresaban su excepticismo sobre la vuelta de los festejos taurinos a la plaza de El Bibio, en la que nunca se ha dejado de trabajar para conseguir la vuelta de los toros, al contrario que en otras plazas ahora ya perdidas para la Tauromaquia, como Barcelona, A Coruña u otras muchas que el sistema ha dejado morir.