Desde hace varios lustros se crían en la finca sevillana de “Puerto Acebuche” los toros de la ganadería de Hros. D. José Luis Osborne Vázquez, una vacada con una antigüedad del 19 de marzo de 1959. Hierro que, pese a las distintas vicisitudes sufridas a lo largo de los últimos años, sigue apostando por un tipo de toro bien definido, una vacada que está reconocida como encaste propio por la RUCTL.
Al comprar D. Juan Pedro Domecq y Núñez de Villavicencio en 1930 -como bien se detalla en la web Toros de Lidia- la ganadería del Duque de Veragua, estas se cruzan de inmediato con reses de Parladé, primero al comprar animales de El Conde de la Corte y luego un buen número de ejemplares de los Hnos. Mora Figueroa (Pedrajas-Conde de la Corte), por tanto, la vacada que adquiere D. José Luis Osborne en 1952, le llega claramente cruzada con la mezcla Veragua-Parladé.
Aunque con predominio de las sangres Parladeñas del Conde de la Corte y Mora Figueroa, José Luis Orborne también apostó por la rama de Veragua, mezclándolo y seleccionando con inteligencia y sentido común, consiguió un tipo de toro único que ha llegado hasta nuestros días. Una ganadería muy particular donde abunda una amplia variedad cromática en los pelajes de machos y hembras, un tipo de animal diferente al resto que con el paso de los años ha ganado solera como el buen vino.
Emilio González: «Actualmente, hay 180 vacas y 11 sementales en Osborne»
Por todo ello queríamos hablar con Emilio González-San Román Osborne, representante de la ganadería, y gran valedor de un tipo de toro que enamora nada más verlo. Un toro que se caracteriza por su gran clase, ese que multitud de espadas eligieron para sus tardes más importantes. Pese a llevar años fuera de las grandes ferias, el objetivo de la familia es volver a colocarlo en las mismas e ir entrando poco a poco en ese circuito del que nunca debió salir.
“Esta es una ganadería que hay que trabajarla mucho, pero es muy buena y da unos resultados estupendos. Yo estoy muy contento con aquello que estoy viendo, creo que la clase, seña de identidad de la casa, no se ha perdido, pero nosotros como ganaderos debemos buscar un toro total, ese que exigen los públicos de hoy en día, y creo que vamos camino de llegar a conseguirlo”, señalaba.
Una vacada que poco a poco va encontrando esa regularidad necesaria para poder volver a las ferias, un hierro que cuenta con un número importante de reproductoras, algo que evita en buena parte la temida consanguinidad: “Actualmente, hay 180 vacas y 11 sementales, evidentemente no todos los toros van a las vacas, pero sí procuramos rotar y abrir mucho genéricamente la ganadería. El tener amplitud de familias nos ayuda a no caer en esa consanguinidad que pese a fijar caracteres a la larga no es buena”.
La divisa de los Hros. D. José Luis Osborne Vázquez camina con paso firme tras un 2023 ilusiónate para su ganadero, una temporada donde las cosas han salido bien: “Los animales han salido muy buenos, pero tampoco hemos lidiado mucho, dos corridas de toros la pasada temporada. En la de Zalamea, por ponerte un ejemplo, salieron toros con nobleza y mucha calidad, uno a Curro Díaz que lamentablemente pinchó y un ensabanao a El Cid que cuajó a placer cortándole dos orejas”.
Ahora toca mirar a la temporada venidera, un 2024, donde espera dar un paso más en la recuperación de un hierro que busca meter la cabeza en plazas de mayor fuste, más si cabe tras una pandemia que frenó una recuperación que ya se veía viendo en años anteriores: “Para 2024 tenemos cuatro corridas de toros y varias novilladas de utreros, unos 40 toros y novillos en total. Hay una corrida para plaza de primera; nuestra intención es poner en forma la ganadería para empezar a lidiar de nuevo en cosos de importancia en próximos años, ya que el paso de la pandemia ha sido bastante duro. No lidiar en dos años fue un corte bastante fuerte para nosotros”.