JAVIER FERNÁNDEZ-CABALLERO
Hace unos días se hacía público que el torero Juan Ortega será apoderado por Roberto Piles. Era un acuerdo que se hacía oficial el pasado viernes y el nuevo apoderado nos habla esta semana sobre qué ha visto en ese torero andaluz.
Enhorabuena por el acuerdo alcanzado.
Muchas gracias. Yo lo vi torear la corrida del 15 de agosto de Valdefresno en Madrid, y le vi un concepto de colocación y de detalles que me dejó muy ilusionado. Esperemos que a partir de ahora siga repitiéndolo. Haremos todo lo posible de entrar en Sevilla, en Francia, las tardes de Madrid… pero el mejor apoderado de uno es el propio torero. Con ese concepto que tiene, hay una necesidad de verlo.
Lo veníamos siguiendo de novillero en Sevilla, en Madrid y ahora de matador de toros, tras una confirmación en la que no tuvo suerte. Pero la Paloma trae pelo en vez de pluma.
Sí, es verdad, fue una tarde positiva. Me gusta también el Domingo de Resurrección, son dos fechas muy buenas.
¿Está en vuestra mente arrancar temporada en Madrid no sólo en feria sino antes?
Sí, la idea es arrancar una corrida de toros antes de San Isidro y luego otra en feria. Hay que torear. Lo más peligroso muchas veces es quedarse sentado en casa. Y cuando he apoderado a un torero he tenido fe en él. Soy apoderado de sentimiento, no soy un apoderado comisionista. Quiero simplemente que tenga esa oportunidad, y para ganar en la vida hay que jugársela.
Y estando tan cerca de Simón has decidido por un valor joven porque crees que es el futuro de la Fiesta.
Así es. Cada uno con sus medios tiene que hacer lo posible para sacar toreros nuevos y distintos. Este año me encantó Pablo Aguado también, y la afición necesita de ese tipo de toreros. Quién iba a decir que Urdiales estaría como estuvo en Otoño… eso da interés a nuestra Fiesta.
Y sigues con Daniel Luque.
Por supuesto. Y lo digo siempre: para mí, Luque es el torero más superdotado que hay en la tauromaquia. Hay que apuntar pero hay que disparar, y se lo digo a él. Y este año es una temporada clave para él. Y tiene que pasar esa raya, porque está capacitado. Es un superdotado de la tauromaquia, es un bicho malo que a veces está dormitido pero que luego cuando menos te lo esperas sale. Tiene un concepto extraordinario de la tauromaquia y necesita un punto de suerte para que le embista un toro en Sevilla o Madrid para cuajarlo.