JAVIER FERNÁNDEZ-CABALLERO /
FOTOGALERÍA: LUIS SÁNCHEZ-OLMEDO
Los gladiadores
vuelven a pisar Madrid en unas horas. La primera corrida de toros del ciclo
torista será protagonista esta tarde en la capital con un más que serio
encierro de Cuadri como materia prima ganadera. Fernando Robleño, Javier
Castaño y José Carlos Venegas se las verán ante los astados onubenses. Hablamos
con Robleño, al que el ganado no ayudó nada en San Isidro del año pasado para
que un torero venteño volviera a disfrutar y en octubre un percance le impidió
culminar campaña con triunfo para hacer disfrutar a la afición que predica su
toreo.
Vuelves a Madrid tan sólo unos meses después de hacer el paseíllo en este
mismo coso, ¿cómo has pasado el invierno y sobre todo cómo te has recuperado de
aquel percance de octubre?
Aquella
fue una cornada que no tenía mayor importancia pero la zona era muy molesta y
he tenido dolores durante casi dos meses después. Las costillas las tenía
contusionadas y el dolor era muy molesto, de una recuperación muy lenta. Pero
aquello pasó, me recuperé bien, empecé a entrenar y el invierno ha sido
bastante positivo. Ha sido un invierno siguiendo ahondando dentro de mi
tauromaquia y sobre todo empeñado en crecer como torero, en ser aún mejor y en
buscar más la pureza de mi tauromaquia.
Es la primera temporada después de unas
cuantas en las que haces frente junto a otro apoderado, Corbelle, ¿cómo ha sido
vuestra relación hasta ahora y cómo tenéis pensada la estructura de la
temporada?
Sí,
como bien dices cambié de apoderado y es la primera temporada al lado de
Corbelle, y la verdad es que en ese sentido el invierno ha sido muy positivo
porque él ha estado ligado a mí y la verdad que he aprendido de él su
profesionalidad, su sabiduría en definitiva. Lleva toda una vida en el toreo y
es un hombre de los que sabe ver rápidamente las virtudes de los animales. Me
ha hecho aprender. Siempre he intentado de rodearme de buena gente, de buenos
profesionales y estoy muy contento. Afronto la temporada con mucha ilusión en
estos dos compromisos de Madrid. Soy consciente que son dos corridas de toros
que sé que no me lo van a poner fácil, tanto la de Cuadri como la de Rehuelga,
pero confío en mi entrenamiento, en mi ilusión, en mis posibilidades y en todo
este tiempo que llevo ya de matador de toros que es lo que ha hecho que poco a
poco vaya cogiendo experiencia. Esta profesión no se aprende en un día, y los
toreros ganan en poso, en celo… y me encuentro en un buen momento para
sorprender a poco que me ayude un toro.
Santa Coloma, un encaste que se las sabe
todas pero ante un Robleño que se las sabe también, ¿cuál es tu mejor faena con
este hierro?
Con
Cuadri recuerdo una tarde en San Martín de Valdeiglesias bastante bonita. Lo
recuerdo con mucho cariño, donde toreé los toros muy a gusto y le corté las
orejas, dejándome un recuerdo muy bonito. Tengo también otro gran recuerdo a
otro toro cinqueño en Ceret que ha sido de las faenas más importantes de mi
vida. La pena que no la rubriqué con la espada. Sentí esa tarde algo especial.
Son los recuerdos más bonitos que tengo con esta ganadería. Es un toro muy
exigente, que tiene una mirada especial y que te hace sentir por su trapío y
por su comportamiento.
¿Has podido tentar en Cuadri o en Rehuelga
estos días?
He
estado en Cuadri, en Rehuelga no he tenido la suerte de poder estar, tampoco
conozco al ganadero, pero en Cuadri sí que he estado. La verdad que los
tentaderos allí son de importancia superior. Las vacas que salen son fuertes,
muy serias, y tienen el comportamiento de un toro prácticamente. La verdad es
que fue un día muy bonito, muy importante. Uno se queda, con esa ganadería, con
el comportamiento de la familia. Es ejemplar. Don Fernando, que es el que está
a la cabeza, es encantador. Dicen que los toros se parecen a los ganaderos y a
ver si es verdad y hoy puede ser.