VALENCIA

Roca Rey y el gesto que no trascendió tras lo que le hizo la presidencia en Valencia


miércoles 26 marzo, 2025

El peruano se fue a pie en su segundo compromiso fallero el pasado 16 de marzo y devolvió a su subalterno la oreja, que la entregó al mozo de espadas y por ende no la paseó después de que el tendido pidiese de forma clamorosa un segundo premio no otorgado por el palco.

Roca Rey
Roca Rey, durante el paseíllo en Valencia. © Carlos Giménez

Con la Feria de Fallas ya finalizada, uno de los nombres que resuena con mayor fuerza entre los aficionados valencianos es el del limeño Andrés Roca Rey. El peruano actuó en el coso de la calle Xàtiva las tardes del sábado 15 y domingo 16 de marzo con las corridas de Victoriano del Río y Jandilla. Dos paseíllos, dos llenos de “no hay billetes” y tres orejas al esportón. Un paso por la capital del Turia que ha vuelto a dejar clara la posición que ocupa en el toreo como máxima figura.

En la primera de sus tardes desorejaría a un ejemplar de Victorino del Río de una clase y un empuje excepcional, no teniendo tanta suerte con los ejemplares de Jandilla y El Parralejo que le cupieron en suerte el segundo día. Pese a ello, viendo que se iba de vacío en su segunda tarde, acortó distancias con el segundo de su lote en un arrimón que caló en los tendidos. Tras pasaportar al toro de una estocada de rápido efecto, se le pidió con insistencia la segunda oreja, no siendo esta concedida por la presidenta.

Tras recoger la oreja de manos de la alguacililla y tras una gran bronca al palco, el peruano miró hacia el palco donde esta se encontraba y esbozó una sonrisa que dejaba entrever muchas cosas, entre ellas el malestar por la no concesión del doble trofeo. Precisamente por eso no quiso dar la vuelta al ruedo con la oreja en la mano, siendo su subalterno Francisco Durán Viruta el encargado de entregarla al mozo de espadas.

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Roca Rey, dando la vuelta al ruedo sin la oreja.

Un festejo que te contamos toro a toro y donde ya dejamos constancia de la devolución de la oreja por parte de Andrés, una labor que no alcanzó las cotas de aquella que realizó 24 horas antes, pero sí dejó patente la entrega de un torero que no escatima esfuerzos tarde tras tarde. También en su crónica del festejo, Javier Fernández-Caballero hizo mención a ese gesto de Andrés tras una labor de enorme impacto en los tendidos.

«El quinto, de El Parralejo, fue un toro más agarrado al piso que los anteriores. Le costaba pasar a las verónicas de Roca Rey y, tras las varas, a las chicuelinas del peruano, que debía perderle bastantes pasos tras el envite. Comprometido Antonio Chacón en sus pares, que fue ovacionado pero no saludó. Al tendido brindó Andrés, que inició su obra con péndulos de exposición y luego una serie por la derecha citando de lejos al toro y llegando con fuerza al tendido. De nuevo dejó otra serie de quietud con un animal ya más agarrado al piso, y fue entonces cuando sacó las armas de la quietud, de la máxima exposición en el final de faena por circulares y de apuesta en cercanías. El tendido lo puso en pie hasta en dos ocasiones. Y tras la estocada, efectiva y entera, el tendido pidió de forma unánime dos orejas, pero la presidenta tan solo concedió una. El torero no paseó el premio y la bronca al palco fue tremebunda«, narrábamos en nuestro toro a toro sobre la faena de ese astado por parte del torero peruano.

Se iría andando un espada que venía con la intención de salir en volandas en su segunda tarde, pero en esta ocasión sería Tomás Rufo quien obtendría el premio de la Puerta Grande tras cortar una oreja a cada ejemplar que le cupo en suerte. Una tarde donde también tocaría pelo el alicantino José María Manzanares tras una faena a su primero, toro al que tiraría patas arriba tras una estocada de libro.