Emilio de Justo, Juan Ortega y Roca Rey trenzaron el paseíllo en la tarde de este miércoles, en Almodóvar del Campo, en un festejo en el que se lidiaron todos de María Loreto Charro Santos.
Emilio de Justo pierde el triunfo por los aceros
Salió el primero de la tarde, de bonita presentación y negro de capa. Tras un trasteo de acople en el capote de Emilio en el que el toro no terminaba de ajustarse, le sopló el extremeño en los medios cuatro chicuelinas de exquisita torería cerradas con una gran media. Tras el puyazo, se clavaron buenos pares de banderillas. Brindó en los medios al respetable, tras el cual midió por bajo al toro en unos primeros muletazos de asentamiento. Le costaba trasmitir al toro por el pitón derecho, pero supo De Justo cuidarlo y poderle recetar buenos muletazos de gran fondo, aunque carentes de ligazón. Sueltos, pero de calidad fueron los naturales por el izquierdo, ante un astado al que le costaba trasmitir al estar algo Justo de fuerzas. Lo mejor se lo dejó para el final, con una tanda de naturales ligados con la diestra que bien merecieron la ovación del público. Mató tras dos pinchazos, siendo necesario el uso del verduguillo. Ovación.
Juan Ortega corta una oreja al despistado segundo
Algo despistado salió el segundo de la tarde, hasta que lo pudo meter en las telas Juan Ortega, pero sin posibilidad de lucimiento. Derribó al caballo de picar el astado al recibir el primer puyazo, pasando casi sin apretar al peto en el segundo. Buen par puso Jorge Fuentes, exponiendo mucho en la cara del toro y clavando con calidad. Sobre las tablas y con delicadeza toreo Ortega sus primeros muletazos, intentando domeñar la brusca embestida del astado. No facilitaba el toro la faena, algo desclasado en su forma de embestir, por lo que el sevillano tuvo que tirar de oficio para robarle algún derechazo de calidad, todos ellos faltos de ligazón, ante un astado que con las fuerzas y el motor justo. Cambió de pitón y se echó al natural, donde pudo dibujar unos muletazos de trazo largo y exquisita torería, muy del gusto de Juan, cerrados con unos trincherazos a ralentí. Mató de gran estocada que le sirvió para cortar un apéndice.
Fuerte ovación a Roca Rey tras fallar con la espada
Muy entipado el tercero de la tarde, de bonita capa negra que se movió con energía persiguiendo los vuelos del capote de Roca Rey, pero el saludo capotero no terminó de romper artísticamente. Sin codicia apretó en el tercio de varas el toro salmantino. Tan buenos fueron los pares de banderillas cómo la lidia de Antonio Chacón. Algo hastío fue el inicio de faena, con un Roca Rey que buscaba cómo meter mano la difícil y brusca embestida del toro por el derecho, muy desclasado y escaso de fondo. Al natural busco el peruano la colocación para poder robarle algún muletazo, aunque fuera suelto, pero su esfuerzo caía en saco roto. A derechazos sacó raza Roca, con un par de tandas de buenos muletazos muy templados, rematados con buenos pases de pecho.
Dos pinchazos y estocada necesitó para pasaportar al primero de su lote. Ovación.
Emilio de Justo desoreja al quinto de la tarde
Negro de capa y de buena presentación salió el cuarto.Tras recibirle Emilio sobre las tablas, fue domeñando la embestida a base de buenas artísticas veronicas, abaníqueando el vuelo del capote a medida que se llevaba el toro a los medios. Excusa fue la entrega del burel sobre el peto de picar. Brindó el toreo al maestro Espartaco, presente en la barrera del dos. Acople y torería fueron las claves del inicio de faena, llevándose al toro muy ceñido, templando y ligando con buena mano ante un astado que embestía con clase. Supo Emilio darle tiempo al toro entre tandas, que agradeció el burel, sobre todo por el pitón derecho, pudiendo soplar buenos derechazos que subieron la temperatura del tendido. Exquisitos fueron los naturales, de trazo largo y al compás de la banda, que los cerró con unos pases de pecho con garbo. Puso la plaza boca abajo con esos naturales exquisitos. Mató de una gran estocada tras pinchazo. Dos orejas.
Juan Ortega sin posibilidades en el quinto
Muy suelto y sin ganas de pelea salió el quinto del hierro salmantino. Aunque tarde, pudo Juan Ortega meterlo en los vuelos del capote, no para lucirse, si no para al menos poder domeñar la brusca embestida con la que metía la cara en las telas el bravo burel.
Excesivo fue el castigo que recibió en el tercio de varas, ante las enérgicas protestas del tendido. Con trote cochinero y muy brusco embestía el toro en el inicio de faena. Intentó Juan jugar con los terrenos y alturas para intentar trazar limpios muletazos, ante un toro que remataba siempre arriba, afeando cada intento de lucimiento. No termino de acoplarse el sevillano ante un difícil toro que no permitía nada por ninguno de los dos pitones de un desclasado y sin motor astado. Media estocada en el primer intento fue suficiente para pasaportar al quinto. Silencio.
Dos orejas para Roca Rey ante el último de la tarde
Castaño de capa y de buena presentación salió el que cerraba la corrida. Sin lucimiento tuvo Roca Rey en el saludo capotero, lo intentó, pero no se dejó el burel ni un buen capotazo. En dos ocasiones metió al caballo al toro, que apretó en él pero con codicia. Midió al toro de inicio sobre las tablas y se le sacó a los medios, ahí al natural trazó unos hondos muletazos que ligó con eficacia y plasticidad. Continuó por ese pitón izquierdo, con un toro que embestía con clase y humillación, y en el que Roca le llevaba siempre bien metido en los vuelos de la muleta. A pesar del frío inicio, cogió temperatura la faena con unos derechazos de trazo muy largo rematados por un pase de pecho de poder. Arrojo y valor le echó el peruano en el cierre de faena, a golpe de naturales a pies juntos. Mató de eficaz estocada que le valió para desorejar al sexto.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de Almodóvar del Campo, Ciudad Real. Primera de abono. Corrida de toros. Lleno.
Toros de María Loreto Charro Santos.
Emilio de Justo, ovación y dos orejas.
Juan Ortega, oreja, silencio.
Roca Rey, ovación, dos orejas.